Mientras analiza con su equipo qué podría flexibilizarse, el jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, estudia obligar a los porteños a usar barbijos o mascarillas para el transporte público y para concurrir a los comercios - supermercados y farmacias - de la Capital Federal.
La idea fue ganando terrenos en los últimos días y, según confiaron a PERFIL fuentes oficiales, sería con un protocolo particular para su uso. Por caso, los vecinos que no se dediquen a la salud no podrán utilizar los barbijos profesionales que utilizan médicos y enfermeros. Para quien sea sorprendido con uno de ellos podría haber una multa.
La medida está siendo estudiada por el Gobierno porteño. “Puede ser un barbijo casero o una mascarilla, tal como se puede ver en un video que hizo el Gobierno donde te muestra cómo hacer uno casero”, explicó una fuente porteña.
Lo único que llevó a ciertas dudas a los funcionarios porteños es la posibilidad desabastecimiento - o de mínima la suba de precios - de estos insumos que, en el planeta, son críticos por la altísima demanda.
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De este tema hablará mañana Larreta con su equipo, después del mediodía. La reunión con sus funcionarios obligó a que Mauricio Macri pase su encuentro con los líderes del PRO de las 18 horas a las 9 de la mañana vía Zoom, la aplicación de teleconferencia.
En la mesa larretista también se discutirá qué otras áreas podrían flexibilizarse. El jefe comunal viene estudiando experiencias del exterior y, por ahora, está convencido de que no es conveniente abrir nuevas excepciones porque podría complicar la situación.
Una es la construcción privada (la obra pública ya está exceptuada). En estos días el gremio de la UOCRA, que junto a Comercio son los dos sindicatos que más empleados tienen, le hizo llegar al Gobierno porteño un dato clave: si no se reactivan las obras peligra la obra social, clave en la emergencia sanitaria.
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Larreta no está convencido. Otras variantes que analiza: ampliar los delivery y el correo, por caso, para la entrega, con fletes, de electrodomésticos y otros elementos de uso casero.
“Horacio está en sintonía con Nación, quiere flexibilizar lo mínimo posible”, acota uno de los funcionarios que más escucha el jefe de Gobierno. Por lo pronto, en la Ciudad repiten que “lo peor aún no llegó”. Los barbijos son una muestra de lo que vendrá.