Noticias: ¿Cómo interpreta la reciente derrota electoral del kirchnerismo?
Alain Touraine: Después de la crisis del 2001 y del empobrecimiento de la mitad de la población, se creyó que un refuerzo del poder central “a la Kirchner” permitiría restablecer la situación. El problema de la Argentina nunca estuvo en la forma de desarrollar iniciativas de gobierno. Lo que la Argentina nunca hizo fue crear un aparato de producción, que va desde la investigación científica hasta la apertura de nuevos mercados comerciales en el exterior, para impulsar el desarrollo y la modernización del país.
Noticias: ¿Cómo se traduce eso en términos políticos?
Touraine: Eso significa que la Argentina es todavía peronista y que todavía permanece en la tradición del país, que consiste en concentrar la acción en métodos de gestión política. Pero sin crear las bases, sobre todo industriales, de una nueva economía. Mientras que Brasil y Chile se han esforzado en los últimos años en reforzar su infraestructura industrial, la Argentina retomó su tradición de supeditar la economía a los réditos de las exportaciones para redistribuirlos a los consumidores urbanos.
Noticias: Eso no es un fenómeno nuevo.
Touraine: ¡Precisamente! El desequilibrio proviene de un nivel de distribución de los ingresos elevado, pero que nunca estuvo asociado al desarrollo de un aparato productivo. En los últimos años, en ningún momento he visto en la Argentina una voluntad política de desarrollar un modelo de producción industrial.
Noticias: ¿Usted dice que los Kirchner no hicieron gran cosa en esa dirección?
Touraine: No es sólo responsabilidad de ellos. Hablando en términos generales, es evidente que el problema central de la Argentina es no haber sabido crear élites de dirección científicas, económicas, políticas, como existen en la mayoría de los grandes países. Me refiero a la creación de grupos capaces de organizar centros de reflexión, decisión y de realización que permitan a toda la estructura productiva de un país diversificarse y desarrollarse.