"Las cosas cambiaron para bien, fui actor de un Gobierno excepcional, pude ayudar y fui muy feliz en hacerlo" declaró Alberto Fernández a Radio 10. Y cambio -o recambio- es lo que se viene en el gabinete, ya que se va no sólo un miembro de la "mesa chica" de toma de decisiones, sino también una persona que ubicó y designó a muchísimos funcionarios durante sus más de seis años en el poder, ocupando el mismo cargo durante las presidencias de Eduardo Duhalde y Néstor Kirchner.
"Me voy convencido de haber hecho lo que tenía que hacer. La presidenta me entendió, la amistad es lo que más valoro y lo que más intento valorar siempre, porque las coyunturas van y vienen" declaro el Jefe de Gabinete saliente, aunque luego marcó sus diferencias con Cristina: "Hay cosas que vemos distinto, en Argentina han pasado cosas y creo que era el momento de cambiar".
Más de 20 funcionarios dependen -en mayor o menor medida- de Fernández; sus destinos se definirán en los próximos días y muchos analizan renunciar antes del fin de semana. Los 12 integrantes de la jefatura de Gabinete se reunirán hoy con su nuevo titular, Sergio Massa, y luego con su actual jefe político, para decidir los pasos a seguir, informó el diario La Nación.
Entre los que se irían destaca la secretaria de Medio Ambiente, Romina Picolotti, cuya gestión fue criticada desde un principio y ahora es requerida por la justicia; lo único que puede salvarla es su buena relación con Cristina Fernández de Kirchner. También peligra Beatriz Nofal, titular de la Agencia de Inversiones, que además de albertista es mendocina y radical, algo no muy bien visto en la casa rosada desde la "traición" de Cobos.
Otro que renunciaría, pero por problemas de salud, es el titular de la Oficina Anticorrupción, Abel Fleitas Ortiz de Rozas, y se espera la partida de Héctor Capaccioli (superintendente de Servicios de Salud) y Claudio Moroni (titular de AFIP), según el diario Crítica de la Argentina.
Los funcionarios albertistas de mayor calibre consideran partir, pero aún no decidieron su destino, como Enrique "Pepe" Albistur, secretario de Medios, preocupado también por denuncias judiciales. La ministra de Salud Graciela Ocaña, le había ofrecido su renuncia a Alberto, pero éste la rechazó, y Cristina estaría interesada en mantenerla por ser mujer y progresista. Por su parte, el ministro de Justicia Aníbal Fernández desmintió que fuera a abandonar el gobierno.
Los funcionarios de la jefatura de Gabinete, el riñón albertista, son los más indecisos y esperan la reunión con Massa: Juan Manuel Abal Medina (subsecretario de Gestión Pública), Martha Oyhanarte (subsecretaria para la Reforma Institucional) y Claudio Ferreño (subsecretario de Relaciones Institucionales) quien redactó su renuncia pero no la presentó a pedido de Fernández, informó La Nación.
Pero además de dejar un tendal de funcionarios sin padrinazgo político (hay "albertistas" en todas las áreas, en especial Economía, Cancillería y Justicia) y de perder el manejo de varias "cajas", el kirchnerismo perderá poder en la ciudad de Buenos Aires: "Hoy, somos más albertistas que nunca", afirmó ayer el jefe del bloque legislativo porteño del Frente Para la Victoria, Diego Kravetz.
"Seguirá siendo nuestro presidente" agregó a La Nación el líder del sindicato de empleados de edificios (Suterh), Víctor Santa María, quie había reclamado su destitución del peronismo porteño en octubre, cuando perdieron las elecciones de Octubre pasado.
Mantendrían el cargo los ministros de Economía, Carlos Fernández, y de Educación, Juan Carlos Tedesco, además de la presidenta del Banco Nación, Mercedes Marcó del Pont, su vice Ronberto Feletti, y el secretario de Finanzas, Hernán Lorenzino, sostuvo Crítica. El director del Banco Central, Miguel Ángel Pesce, necesitaría por su parte aprobación parlamentaria para ser removido, una opción que no es muy del agrado de la presidente por estos días.