Mientras medita sobre el futuro inmediato que le deparará el cierre de alianzas, Ricardo Alfonsín se recluyó en un centro de salud adventista, ubicado en la localidad entrerriana de Puiggari. La disyuntiva principal que deberá despejar es si privilegiará un acuerdo amplio con Francisco De Narváez en la Provincia (e incluso también con el macrismo) o si se queda con la alianza original con el socialismo.
Desde el entorno de Alfonsín aseguran que todavía sigue esperando que se den las dos situaciones. “Prioriza a los socios nacionales, pero también tiene la prioridad de ganar, dos cuestiones que tendrían que ser compatibles”, esgrimen. Confían que tarde o temprano los socialistas van a aceptar la idea de consensuar un programa común a nivel nacional y cerrar las alianzas que sean necesarias a nivel provincial.
“Nosotros queremos cerrar todos los acuerdos, y si hay que optar veremos más adelante. Pero somos optimistas”, agregan. A pesar de que Hermes Binner sigue declarando que no va a permitir un acuerdo que incluya a De Narváez, los alfonsinistas creen que esas idas y vueltas obedecen a la interna que debe afrontar el socialismo el 22 de mayo en Santa Fe, donde el gobernador se juega gran parte de su futuro político.