Desde Río Gallegos
La última vez que Alicia Kirchner compitió por un cargo ejecutivo en Santa Cruz fue en 1995, cuando perdió la intendencia de Río Gallegos frente al candidato de la UCR, Alfredo Martínez, hoy senador nacional. Ese antecedente revivió con fuerza en los últimos meses, desde que la ministra de Desarrollo Social comenzó a sondear para presentarse como candidata a gobernadora de la provincia pingüina y que gobernó su hermano durante tres períodos.
Aunque todavía no están definidas las listas para el cargo de gobernador y el nombre de Alicia Kirchner suena fuerte en los cafés de la política santacruceña, la ministra aún no definió si irá como candidata por el Frente para la Victoria. Tiene algo a su favor: es quien mejor mide, de todo el universo K, en Santa Cruz para hacerle frente a Daniel Peralta, el actual mandatario.
Pero hay otras razones, más especulativas, que aún no la pusieron a trabajar más fuerte en la campaña. En este grupo están su edad –Alicia cumplirá 70 años en 2016 y tiene un nieto del que le gustaría disfrutar un poco más–, y además la ley de lemas, el sistema electoral que suma los votos de los frentes que pertenecen a un mismo partido político. En este caso la encrucijada a la que se enfrenta Alicia K es que si ella sacara menos votos que Peralta, candidato a la re reelección por el partido peronista, los sufragios propios se le contabilizarían a él y ella quedaría fuera de carrera. Un sistema cruel que benefició al kirchnerismo en el pasado y que hoy lo inquieta. La ministra todavía guarda una carta: por estos días, el Tribunal Superior de Justicia de Santa Cruz evaluará la constitucionalidad de la ley de lemas.
El resultado de las PASO también será determinante para la decisión de la ministra. Si la fórmula encabezada por Máximo Kirchner no logra el caudal de votos esperado, el proyecto de Alicia podría naufragar antes de zarpar.
Certezas hay pocas. El vicegobernador aún no está elegido. Podría ser el intendente de El Calafate, Javier Belloni, el actual vicegobernador, Fernando Cotillo, o algún intendente del interior de la provincia. El kirchnerismo es muy fuerte en los pueblos chicos.
En el último discurso que dio en Río Gallegos durante la inauguración del café literario NK Ateneo, propiedad de Rudy Ulloa, el ex chofer de Kirchner, Alicia pareció hablar en tono de campaña. “Estamos en una etapa bisagra, trabajando con todo lo que tiene que ver con la energía hidroeléctrica, que va a permitir el desarrollo definitivo de Santa Cruz. Y nos necesitamos todos y todas”, remarcó. Y siguió: “Acá estamos nosotros, custodiando este legado, y vamos a seguir con toda la fuerza. Y digo fuerza porque esto no es para débiles. Los débiles son los mediocres”. Sólo queda esperar si Alicia será parte de los fuertes o de los mediocres.
La disputa bonaerense
Los precandidatos a la gobernación de Buenos Aires, Julián Domínguez y Aníbal Fernández, continuaron ayer con sus campañas. Junto a su compañero de fórmula, Fernando Espinoza, Domínguez encabezó la “Caravana para la victoria” por las localidades de Quilmes y Florencio Varela. La recorrida duró seis horas e incluyó más de cien cuadras. En tanto, el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, visitó Junín y Chivilcoy y aseguró que, en caso de asumir como gobernador bonaerense, no va a “romper nada de lo que se hizo”.
Luego de la actividad, se reunió con el intendente de Lincoln, Jorge Fernández, y saludó a la militancia.