Atrincherada desde el final de la conferencia de prensa que brindó alrededor de las siete de la tarde, Alicia Kirchner logró salir de la casa de gobierno alrededor de las cuatro de la mañana, escoltada por funcionarios y custodios. La imagen es elocuente: En una provincia quebrada, jubilados, gremios docentes, judiciales, ATE y otros sectores reclamaron los sueldos y haberes adeudados.
Los docentes protestaron por los haberes adeudados de febrero y el aumento estipulado en la paritaria de 2016, lograda después de casi un mes de paro; en 2017, la oferta de la gobernación fue del 3%. Los jubilados tomaron la sede de la Caja de Previsión Social y reclaman, al igual que los docentes, por el pago de haberes de febrero.
Los judiciales por su parte, montaron una carpa el edificio del Tribunal Superior de Justicia.
En la conferencia de prensa que la gobernadora brindó a un selecto grupo de medios, criticó a los manifestantes. "Mas allá de si están defendiendo sus derechos, yo creo que hay que defender los derechos, hay distintas maneras de protesta. No le podemos responder con lo que ellos piden", dijo la máxima autoridad provincial.
Excusada en el pretexto de 'una provincia quebrada' la gobernadora le reclama al gobierno nacional el pago adelantado de la cooparticipación nacional. La excuñada de Cristina Fernández de Kirchner demandó en febrero al gobierno "un trato equitativo y justo para todas las provincias sin distinguir banderías políticas". Cuatro días antes de esa solicitada al Ejecutivo nacional, Kirchner aumentó su sueldo y el de los funcionarios por decreto.