“No vamos a dejar que les congelen las jubilaciones ni les descuenten los haberes: eso es lo que está en juego el 28 de junio”, arengó ante 500 jubilados el jefe de la ANSES, Amado Boudou. Fue en mayo, durante el cierre de un encuentro de la tercera edad en un club del Conurbano.
Hace rato que el funcionario mimado de Cristina abandonó su perfil técnico de economista para calzarse el traje de superhéroe kirchnerista. Todos los miembros del gabinete cumplen un rol en la campaña (ver página 14 del Diario PERFIL). Y Boudou no es la excepción. Con el fervor de un candidato, recorre distritos de la provincia de Buenos Aires y del interior del país pidiendo el voto para las listas oficialistas. Pero además de predicar con la doctrina peronista, el funcionario Boudou promete obras con la plata de los jubilados.
En las últimas dos semanas, el jefe de la caja más grande del Gobierno (administra 101 mil millones de pesos) recorrió Santa Fe, Neuquén, Buenos Aires, Tucumán y Chaco. En algunas de esas visitas prometió inversiones que superan los 500 millones de pesos, todo dinero de la tercera edad.
Raid proselitista. El lunes 8 desembarcó en Rosario para respaldar al jefe de la bancada K en Diputados, Agustín Rossi, que compite contra Carlos Reutemann y Rubén Giustiniani en Santa Fe. “El 28 no hay que mirar para atrás sino votar mirando hacia adelante”, dijo durante la charla que ofreció junto al diputado nacional. Un día después, el martes 9 de junio, Boudou desembarcó en Neuquén para apoyar al candidato a diputado del Frente para la Victoria, Ramón Rioseco. Durante el mitin, anticipó que el organismo nacional financiará junto a privados la construcción de la represa Chihuido I que, se estima, tendrá un costo de mil millones de pesos.
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