POLITICA

Aníbal Fernández debería leer "El Dueño"

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En un reportaje concedido al diario Perfil, el domingo, el funcionario K dijo que no leyó el libro de Majul, porque "solo lee literatura". Esta es la respuesta del periodista.

El domingo pasado, jefe de gabinete, Aníbal Fernández respondió a un periodista de Perfil que no había leído El Dueño. Le aclaró que estaba leyendo “literatura”. Aunque de su afirmación no se desprende que haya sido despectivo, no estaría mal que, dada su condición de funcionario público, le ordene a alguno de sus asesores que lo lea y lo subraye. Y no por gusto. Sino para presentar ante la justicia algunas de las denuncias contenidas en la investigación y que podrían configurar graves delitos.

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Para sacarse la duda ni él ni sus asesores tendrían que leer demasiado. De entrada nomás, en el primer capítulo, titulado “La venganza del boludo”, se denuncia un hecho de corrupción que involucra al ex presidente Néstor Kirchner y su socio Lázaro Báez. Se trata de una coima por un préstamo de 3 millones de dólares otorgado por el Banco de Santa Cruz a un par de empresarios navieros. El denunciante es nada menos que el hombre que gobernó Santa Cruz junto a Kirchner durante ocho años. Si después pasa a la página 117 se encontrará con el Capítulo 1 de la tercera parte titulado El Arreglo. Y es, sin duda, otro hecho judiciable: un escandaloso viaje de tres altos directivos de la AFIP a la oficina del contador de Kirchner para corregir su declaración jurada y compatibilizarla con la de Báez y Rudy Ulloa, entre otros. Más adelante, en la página 135, se encontrará con el segundo capítulo, llamado El mejor negocio del mundo. Se cuenta allí la trama secreta de cómo Kirchner, la Presidenta y medio centenar de funcionarios k se quedaron con terrenos en El Calafate a precios de remate y los vendieron después a montos multimillonarios. No podría afirmar que la causa tenga que pasar, necesariamente, a la justicia federal, pero le garantizo al jefe de gabinete que seguro se sorprenderá cuando compruebe que la fiscal es Romina Mercado, la sobrina del mismo ex presidente. Mercado también recibió un bonito terreno en la ciudad a la que Cristina llama su lugar en el mundo.

Si la Argentina tuviera un gobierno respetuoso del cumplimiento de la ley, el jefe de gabinete daría instrucciones a su ministro de Justicia para que éste presentara las denuncias correspondientes. Pero, de acuerdo de la información obtenida de fuentes del propio gobierno, Kirchner habría dado instrucciones muy distintas: les habría ordenado a todos sus ministros que no mencionaran, bajo ninguna circunstancia, el libro que lo investiga y lo compromete. El responsable de la AFIP, Ricardo Echegaray, se vio forzado a reconocer su existencia ante una pregunta concreta de Marcelo Zolotowiagzda en su programa Palabras más, palabras menos. En su respuesta, Echegaray reconoció que el viaje de los tres altos funcionarios del organismo para analizar la declaración jurada de Kirchner sucedió, tal como se había contado en El Dueño. Estaba tan nervioso con la pregunta que intentó hacerle creer a la audiencia que lo que hicieron sus hombres era un trámite habitual. De rutina.

Las cosas que Kirchner les obliga a decir y hacer a sus subordinados moverían a risa si sus consecuencias no fueran tan graves.