Con un tono cercano y un llamado a la unidad, el papa Francisco respondió a los saludos de Mauricio Macri por los cinco años de reinado del pontífice argentino. La carta, firmada “fraternalmente” y de puño y letra por el ex arzobispo de Buenos Aires, llegó ayer a manos del Presidente tras pasar por todos los canales formales a los que acostumbra el Vaticano.
El registro y el contenido del mensaje fue leído como un dato positivo por el Gobierno. Ocurre en un momento de diferencias -por la agenda en materia social y el debate abierto por el aborto- pero de buen diálogo entre la Iglesia y el oficialismo. Más allá del camino lento y formal por el que llegó la respuesta papal, un dato importante es que no siempre hay reciprocidad en este tipo de salutaciones.
“Agradezco sus palabras de aliento y cercanía”, dijo Francisco en referencia a la nota que Macri le envió el 13 de marzo, aniversario del anuncio de la elección de Jorge Bergoglio. También lo animó a “seguir trabajando en su alta misión al servicio del bien de esa Nación”. Luego indicó que “el futuro se construye entre todos, desde la justicia social, el encuentro y la búsqueda de la unidad, que ayuda a superar los conflictos y siembra alegría, esperanza y paz”.
Finalmente, le aseguró que rezaría por su familia y todo el “querido pueblo argentino” que, dijo, “lleva” en su “corazón”. Repite así el tono del mensaje que envió a todos los argentinos el pasado 17 de marzo, cuando pidió perdón “a los que puedan sentirse ofendidos por algunos de” sus “gestos”.
En aquella oportunidad, había indicado que estaba conmovido por un mensaje en el que se habían unido personalidades de diversa procedencia política y religiosa argentina para saludarlo por el lustro de papado. Otro eje que se reitera en este mensaje, el llamado al diálogo y la unidad. Así, Francisco parece responder otra vez a los que lo acusaron de ahondar la grieta.