El represor Alfredo Astiz, que integró el aparato represivo de la última dictadura, culpó a "agentes franceses" por la desaparición de las religiosas Leonie Duquet y Alice Domon y utilizó argumentos del CELS, una Organización no Gubernamental que protege los Derechos Humanos, para reclamar por su libertad luego de negar toda responsabilidad en el secuestro de las monjas.
"No me extraña que Francia me persiga pretendiendo responsabilizarme, echándome la culpa de todo lo acontecido y actuado por sus agentes encubiertos", expresó Astiz, de 56 años, al prestar declaración como acusado ante el juez federal Sergio Torres, según consta en el acta a la que tuvo acceso DyN.
Astiz desvió las culpas y apuntó, en su defensa, contra un ciudadano francés al pedir la captura internacional del ciudadano francés René y/o Bertrand de Perseval o Parseval, "quien es sindicado por María Monique Robin y María del Rosario Cerruti como asistente al momento en que fueron detenidas las monjas francesas".
Robin es una periodista que realizó un documental sobre el caso, mientras Cerruti es una de las Madres de Plaza de Mayo que presenció el operativo en el que, el 8 de diciembre de 1997, fueron secuestrados familiares a la salida de la parroquia de la Santa Cruz.
Entre los documentos que el represor entregó al juez como prueba se encuentra una desgrabación del documental Los escuadrones de la muerte, la escuela francesa , elaborado por la periodista Robin, que describe las presuntas tareas de entrenamiento a militares argentinos que habrían dirigido oficiales franceses con experiencia en la guerra de contrainsurgencia en Argelia.
Además, el ex capitán naval proclamó su "inocencia total y absoluta" y solicitó el "sobreseimiento definitivo" en el proceso por los crímenes de la ESMA, al tiempo que planteó su excarcelación al jurar que no presenta "peligro de fuga".
De forma insólita, Astiz, asistido por el abogado Juan Aberg Cobo, reclamó la libertad tomando como base los argumentos en contra de la prisión preventiva que desarrolla el Centro de Estudios Legales y Sociales en su informe del año 2005 sobre los Derechos Humanos en Argentina.
"No hay un sólo testigo presencial de los hechos que me haya imputado los delitos de desaparición forzada de personas y homicidios", explicó Astiz, y subrayó que "todos se refieren a tareas de Inteligencia".
Tras la audiencia, que duró tres horas en las que el acusado y la defensa revisaron la prueba sobre el secuestro de las monjas, Astiz fue llevado nuevamente a la base naval de la localidad bonaerense de Zárate, donde cumple prisión preventiva.