POLITICA
Cesar milani, clave en la fuerza

Aunque se muda a Washington, Garré deja un pie en Defensa

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Con la llegada del diputado Agustín Rossi al Ministerio de Defensa y el traslado de Arturo Puricelli a Seguridad –cartera que hasta el jueves ocupaba Nilda Garré–, la primera pregunta que se realizaron las segundas y terceras líneas del Ejército fue qué pasaría con el general César Milani, que ostenta el doble cargo de subjefe de esa fuerza y jefe de Inteligencia. El propio oficial se encargó contestarla: “Tranquilos, la casa está en orden”, comentó entre sus más fieles hombres.

Aunque el teniente general Luis Pozzi es el jefe del Ejército desde septiembre de 2008, en la faz operativa el hombre que maneja los hilos de la fuerza es Milani. El oficial de Inteligencia siempre anheló ser el número uno y su principal apoyo para lograr ese objetivo fue Garré, la ex ministra de Defensa y ahora ex ministra de Seguridad.

Con Garré preparando sus valijas para ir a Washington como embajadora argentina ante la Organización de Estados Americanos (OEA), algunos imaginaron que la carrera de Milani había llegado a su fin. Se equivocaron. Con el desembarco de Rossi, el oficial más resistido de la fuerza allanó su camino hacia la jefatura del Estado Mayor General del Ejército.

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Milani no sólo mantiene una añeja y excelente relación con el flamante ministro de Defensa, sino también con su hermano Sergio Rossi, un agrimensor que ingresó al Ministerio en diciembre de 2005, cuando Garré había asumido al frente de la cartera, y desde ese momento ha sido un incondicional de la ex diputada del breve gobierno de Héctor Cámpora. Garré designó a Sergio como director general de Inmuebles, dependiente de la Subsecretaría de Planificación Logística y Operativa de la Defensa, según se publicó en el boletín oficial donde figura su nombramiento. Un puesto clave en la reestructuración que realizó Garré durante su paso por Defensa, donde la venta de propiedades de las Fuerzas Armadas estuvo a la orden del día.

Cuando Puricelli asumió como ministro de Defensa en diciembre de 2010, no consiguió mover a Sergio de su puesto. “(Sergio) Rossi siempre reportó a Garré, incluso cuando ella se fue al Ministerio de Seguridad”, aseguró a PERFIL un funcionario que hasta el jueves tenía un lugar en el piso 11 del Edificio Libertador.

En 2009 Milani quedó salpicado por la polémica venta de propiedades del Ejército que habían servido como “tapaderas” del área de Inteligencia.

El caso hasta llegó a rozar al ex jefe del Ejército, teniente general Roberto Bendini. Pero jamás se logró comprobar que hubieran sido parte de la operación de venta y el caso quedó en la nada. Dos oficiales de alto rango, uno de ellos retirado, coincidieron al opinar que Milani “tiene el camino allanado”. Respaldaron ese argumento en la relación que cultivó con Rossi en el Congreso. “Comían asados juntos en Campo de Mayo, en el Destacamento de Inteligencia 601”, explicó una de las fuentes.

La Comisión Bicameral de Fiscalización de los Organismos y Actividades de Inteligencia sería el viaducto institucional que los unió. Rossi es uno de los diputados más antiguos en la llamada “comisión fantasma”. Garré no perdió todo.