POLITICA
trabajaron juntas y tienen una relacion de afinidad

Bachelet y la canciller Malcorra, un vínculo especial forjado en la ONU

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Por artificio de su futura canciller, Mauricio Macri contará con una inesperada mano amiga en el Palacio de la Moneda. Susana Malcorra, la elegida del PRO para conducir la diplomacia argentina, tiene una estrecha relación personal con Michelle Bachelet, a quien conoce del tiempo que compartieron trabajando juntas en Naciones Unidas. A través de Malcorra, Macri dispondrá de un puente directo con la presidenta chilena que no tuvo ni siquiera Cristina Fernández de Kirchner.
A poco de que se conociera su designación, Malcorra reveló que uno de los primeros llamados que recibió fue de Bachelet. No fue una felicitación institucional: en el protocolo diplomático, no es habitual que un jefe de Estado se contacte directamente con un canciller. De hecho, la ex CEO de IBM y Telecom admitió que “en mi perspectiva, la relación entre Argentina y Chile está vista a través de mis relaciones personales”.
Durante sus gestiones en las oficinas de la ONU en Nueva York, las dos mujeres forjaron un vínculo de “mucha cercanía, fluidez y afinidad”, según describen en el entorno de Bachelet. Fue entre septiembre de 2010 y marzo de 2013, cuando la presidenta chilena ejerció como directora ejecutiva de ONU Mujeres. En aquel momento, Malcorra era secretaria general adjunta del Departamento de Apoyo a las Actividades sobre el Terreno. Dicen que, gracias a la sintonía entre ambas, Bachelet conseguía línea directa con la Secretaría General.
Junto a la mexicana Alicia Bárcena, actual secretaria ejecutiva de la Cepal, Bachelet y Malcorra integraban el “triunvirato” femenino de funcionarias de alto perfil que sonaban para suceder al actual secretario general de la ONU, Ban Ki-moon. Las tres viejas colegas se reencontraron el año pasado en Santiago de Chile, luego de la asunción presidencial de Bachelet, a la que Malcorra viajó en representación de Naciones Unidas. Durante la visita, La Moneda le brindó el mismo trato que a los jefes de Estado y la futura canciller extendió su estadía por un par de días.
Los puentes entre el macrismo y el gobierno de Chile no se reducen a Malcorra. Otro que puede jugar un papel es Marcelo Díaz, ex embajador en la Argentina y actual vocero del Ejecutivo chileno. Díaz es un joven y hábil político que, durante su paso por Buenos Aires, generó contactos con todo el espectro partidario. Mientras que otros líderes latinoamericanos se jugaron por Daniel Scioli durante la campaña, Bachelet fue muy cuidadosa de ser equidistante con ambos candidatos. Es cierto que, en el imaginario chileno, la figura de Macri se asocia automáticamente a la de Sebastián Piñera. Pero a Bachelet se la conoce por su pragmatismo. Y en la agenda bilateral hay puntos sobre los que avanzar. El principal: Macri ve a Chile como la puerta de entrada al comercio con la zona Pacífico. También queda pendiente el pedido de extradición del ex guerrillero Galvarino Apablaza, negado al gobierno chileno por CFK. Malcorra ya dio una señal: dijo que aún no tiene una “respuesta definitiva” sobre el caso, pero prometió que el gobierno de Macri “respetará las instituciones, pero también los acuerdos internacionales”.