POLITICA
el cargamento de gnl que nunca llego

Barco fantasma: admiten no conocer a la firma que debía importar el gas

Nicolás Dromi, hijo y socio del ex ministro de Menem, reconoció que sus compañías compraron el contrato millonario a una empresa desconocida.

Nicolas Dromi. En 2009, ingresó junto a su padre en el negocio.
| Cedoc Perfil

El fantasma crece. Ni siquiera Nicolás Dromi, quien le compró a la empresa Contrater Consulting el contrato millonario de Enarsa para importar Gas Natural Licuado (GNL), sabe quién está detrás de esa firma española, ni qué antecedentes tenía para ganar un contrato de US$ 57,3 millones con la empresa estatal de energía.

PERFIL reveló el domingo que Enarsa, bajo el mando de Julio De Vido y Exequiel Espinoza, firmó en 2008 un contrato con Contrater Consulting, una firma sin antecedente alguno en el sector energético e intimada por el Registro Comercial de Madrid por su situación irregular, para adquirir un barco de gas que nunca llegó.

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El escándalo fue bautizado como el “barco fantasma de De Vido”. Los documentos bancarios demuestran que el pago fue autorizado. Además, el contrato incluía un adelanto de US$ 2,5 millones que nadie sabe explicar dónde terminaron.

Nicolás Dromi es hijo y socio del ex ministro menemista Roberto Dromi, y titular de Diligentia, la firma que compró el contrato de Contrater Consulting para la importación de gas. Recuerda con lujo de detalles sus acuerdos con Petrobras y Electroingeniería, anteriores, pero le cuesta recordar a Contrater Consulting. Ni siquiera conoció al presidente de la compañía a la que le compró el negocio de sus vidas.

—¿Conoce a Contrater Consulting?
—Tengo que hacer memoria, me suena porque creo que nosotros adquirimos un contrato, no recuerdo la época. Tengo algunos recuerdos pero fue hace un montón de tiempo. El mercado del GNL es pequeño, debe andar entre cuarenta y cincuenta compañías.

—¿Para qué compraron el contrato a esta firma?
—El contrato estaba en crisis. Había un desfasaje económico o temporal. Viví en España casi cinco años y había desarrollado relación con proveedores, teníamos una base de trabajo ya (en el mercado de combustibles). Nosotros no participamos en la primera campaña de importación de GNL sino en la segunda, de 2009. En el invierno de 2007 fue uno de los más fríos. Esa fue la génesis del primer programa. Por primera vez en muchos años llegó a haber cortes de GNC y cortes residenciales. Ahí fue cuando la Argentina choca contra el Aconcagua en materia de gas. Era un año electoral. La política de gas ha sido una política errática y es un agujero insoluble. En la primera campaña nosotros hemos sido bastante críticos de la situación estructural.

—¿Asesoraron al entonces ministro De Vido sobre cómo desarrollar el programa de importación de GNL?
—No, nosotros no asesoramos en políticas de Estado.

—Entonces, ¿cómo supieron que el contrato con la española estaba en crisis?
—Conocimos a Enarsa y sus autoridades, Exequiel Espinoza, Aldo Ferrer, un par de años antes, en 2006, pero como abogados de Petrobras Argentina (detalla la operación). En 2007, representamos a Electroingeniería –una de las empresas favoritas de los Kirchner– en la compra del 50% de Transener a Petrobras. Electroingeniería compró Transener junto con Enarsa, pero nosotros sólo representábamos a la compañía.

—¿Cómo se contactaron con Contrater Consulting?
—Nosotros tomamos conocimiento de la existencia de ese contrato a mediados, fines de 2008, y lo vimos como una oportunidad para entrar en el negocio (de importación de GNL), en el que hasta ese momento había un proveedor monopólico: Repsol. Contrater tenía una situación curiosa. En Enarsa nos decían que habían tenido que acortar la temporada y que el cargamento de Contrater no lo podían tener. Estaban en una situación beligerante. En 2009, trajimos dos cargamentos de Gas Natural de España y Fenosa.

—Conoció al titular de Contrater Consulting, Lloyd Babbel?
—Eso nosotros lo negociamos con Enarsa. Es un convenio tripartito. Pusimos una condición a Enarsa: renegociar ese contrato. No lo tomamos como estaba, pedimos otros estándares de calidad jurídica y comercial. Este contrato tenía muchos problemas.

—Cuando Crontrater Consulting firma con Enarsa para la primera importación de gas, el Gobierno le promete un adelanto de US$ 2,5 millones. El contrato que ustedes firman con las partes dos meses después dice que se mantiene el pago de ese adelanto. ¿Recibieron los US$ 2,5 millones de Enarsa?
—No, no, no. Nosotros nunca cobramos en el extranjero. Cobramos nuestros honorarios en pesos y en el país.

—¿Qué pasó entonces con los US$ 2,5 millones que les pagó Enarsa según el contrato firmado por ustedes?
—Nosotros en ningún momento recibimos dinero de Enarsa fuera del país.

—Pagaron un adelanto del 5% del valor total de un barco regasificador –un porcentaje elevado– que nunca iba a llegar. Insistimos: la addenda que firmaron sus empresas dice que Enarsa deberá pagarles el adelanto...
—Creo que es un tema de Enarsa con Contrater. Nosotros le facturamos a Enarsa en pesos y nos pagaron en Argentina. Nosotros cumplimos el contrato. Trajimos dos barcos con gas de Trinidad y Tobago en 2009.

—¿El barco que debía traer el gas nunca llegó?
—El barco no vino nunca. El verano 2008 fue todo lo contrario al invierno 2007, tuvieron que recortar el programa de importación.  

—El invierno 2008 ya había pasado cuando Enarsa firma contrato el 5 de agosto...
—Ellos estaban en una situación de difícil solución.

—¿Porque ya habían autorizado un pago por un barco que no iba a llegar?
—No sé sobre la plata. Me parece una barbaridad si cobraron el 100% del cargamentos. Si lo hicieron, es una barbaridad.