Las paritarias ya comienzan a palparse en la agenda política argentina, a pesar de que restan algunas semanas para que se comience a discutir. Lo cierto es que, como todo año electoral, la lucha promete ser dura y los gremios enrolados en la CGT Azul y Blanca y de la Central de los Trabajadores Argentinos (CTA) anticiparon hoy que sus pretensiones de aumentos se ubican entre "un 30 y un 35 por ciento".
La opositora CGT Azul y Blanca que lidera el gastronómico Luís Barrionuevo decidió que mañana mismo le reclamará al Gobierno, un "aumento salarial del 35 por ciento" para los trabajadores activos para este año y un "sueldo mínimo de 2.300 para todos los jubilados".
El barrionuevismo -que responde políticamente a Eduardo Duhalde- adelantó además que le reclamará al Gobierno "la inmediata restitución de 3.500 millones de pesos de los aportes de las obras sociales sindicales que retiene el Gobierno", según informó la agencia DyN.
En consonancia, Pablo Micheli, titular de la CTA, afirmó que “bajo ningún concepto los aumentos de sueldos de este año tienen que ser inferiores al 30 por ciento, basado en lo que dicen los economistas respecto del costo inflacionario del 2010".
Micheli, quien preside la CTA tras una larga pelea judicial con el candidato del Gobierno, Hugo Yaski, también reclamó "la urgente convocatoria al Consejo del Salario" y pidió "la efectivización del 82 por ciento móvil para el pago de haberes para los jubilados y pensionados y su actualización como lo disponga el Consejo del salario".
Críticas a Moyano y la inflación K. Para Barrionuevo, el 35% no es una suma “antojadiza”, sino que “refleja el verdadero aumento de precios de los productos básicos alimentarios en las góndolas de los supermercados”.
En ese sentido, el gastronómico señaló que "cuando la esposa de un trabajador va al supermercado se encuentra con que los productos de la canasta básica de alimentos aumentaron entre un 30 y un 40 por ciento", por lo que "bajo ningún punto de vista el trabajador puede seguir perdiendo el poder adquisitivo de sus salarios".
"Otros dirigentes por obsecuencia y porque el estado les paga el sueldo no se animan a decirles la verdad a los trabajadores", afirmó Barrionuevo, en una crítica elíptica al titular de la CGT, Hugo Moyano.
"Esos compañeros en el 2010, le hicieron perder a los trabajadores un 10 por ciento del poder adquisitivo de su sueldos y este año no vamos a permitir que les hagan perder otro cinco por ciento más", agregó.