La relación entre la Casa Rosada y la embajada de Estados Unidos en Buenos Aires es cada vez más fría. Dos funcionarios del Gobierno criticaron con dureza un reciente informe del Departamento de Estado titulado “Estrategia internacional para el control de drogas”, donde se destaca el incremento de la producción y el consumo de cocaína en el país.
La “reducción de la cooperación bilateral contra el narcotráfico” por decisión de las autoridades argentinas es otro de los puntos salientes del informe. También se menciona el hecho que se produjo el 10 de febrero de 2011, cuando un avión C17 de la Fuerza Aérea de Estados Unidos aterrizó en Ezeiza y su carga fue retenida tras ser sometido a una inspección que realizaron agentes de la Aduana y de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) con la supervisión del canciller argentino, Héctor Timerman.
Esta semana, el titular de la Sedronar y ex Canciller, Rafael Bielsa, calificó como “temerarias” las conclusiones del documento y destacó que “es un informe de carácter unilateral que confecciona un Estado en el que priman las especulaciones de carácter subjetivo y político”. Por otra parte, el secretario de Seguridad de la Nación, Sergio Berni, dijo que “los datos no reflejan la realidad, la muestra está en los más de 700 narcotraficantes que están presos”. Cuando tomó conocimiento de los detalles del informe, Berni recordó a uno de sus colaboradores que “no fue con ayuda de Estados Unidos que detuvimos a Mi Sangre –el narcotraficante colombiano Henry de Jesús López Londoño–, tampoco a El Francés –Thierry Andre Polus, otro narco internacional–. La DEA se tendría que ocupar de ver cómo controlan la droga dentro de sus fronteras, que es donde hay más consumo de cocaína en el mundo”.
La relación entre los organismos de seguridad locales y el Federal Bureau of Investigation (FBI) y la Drug Enforcement Administration (DEA) es casi nula. “No es el vínculo que había antes, la relación actual es a través de la conducción política y la intervención judicial”, sintetiza a PERFIL uno de los oficiales de mayor rango de la Federal y describe: “La colaboración es pedida a través del Ministerio de Seguridad, que hace la denuncia, después la Justicia hace la instrucción de la causa y solicita la participación de Drogas de la Policía Federal. No hay una relación transversal, sino a través de los órganos políticos que corresponden”, detalló. Es decir, se siguen los procedimientos formales a rajatabla y se evitan las relaciones directas entre funcionarios.
Según el informe del Departamento de Estado, después de “la incautación, en febrero de 2011, por la aduana argentina de carga militar sensible de EE.UU. en el aeropuerto internacional de Buenos Aires, el Gobierno de Argentina redujo sistemáticamente la cooperación de seguridad con Estados Unidos contra el narcotráfico”.
