1) A pesar de que la liviana agenda internacional le dejó a la comitiva oficial el tiempo suficiente como para ocuparse de la política criolla, el jefe de Gabinete hasta ahora no consiguió capitalizar ese tiempo como le hubiera gustado. Durante el desayuno, Alberto Fernández se quejó: “Reutemann nos convenció a todos de cuál es el mejor auto de F1. Nos conocemos los detalles de cada motor. Pero de la política santafesina, no pudimos arreglar nada”.
2) Quedó impresionado. “Eso es el poder”, repitió unas cinco veces en menos de una cuadra, mientras caminaba por la calle 42, entre las avenidas 1 y 2, desde la misión de la Argentina ante la ONU y la combi que lo llevaría de regreso al hotel junto al ministro Julio De Vido, y el secretario de Legal y Tecnica, Carlos Zaninni. “Eso es el poder. El tipo se para y dice: yo te voy a liberar, yo te voy a llevar la democracia, yo voy a seguir con tropas en tu país. Escuchás a Bush y escuchás al poder”, resumió el jefe de Gabinete. Quedó impresionado.