“Siempre es puntual”, dijeron el encargado de prensa y el fotógrafo para justificar la demora de casi dos horas y media del ministro. En el Club Bernardino Rivadavia de Morón, 800 abuelos lo esperaban para celebrar el Día del Jubilado con un acto organizado por la Federación de Jubilados y Pensionados de esa localidad bonaerense. Pero a las 15.30 llegó Amado Boudou manejando su auto y junto a su novia Agustina Kämpfer.
Se bajaron y él tomó la delantera para hablar con la prensa que lo esperaba en la entrada al Club de Jubilados de Haedo, al resguardo de la lluvia. Entró solo y las cámaras se prendieron para una mini rueda de prensa de tan sólo cuatro minutos. La novia lo miraba desde fuera del círculo.
Ante los periodistas, defendió la asignación universal de $ 180 por hijo para familias pobres y respondió a las críticas con una frase que tiene copyright peronista: “Mejor que decir es hacer”. Luego, en el escenario fue el último orador y su discurso siguió la misma línea: “Hay algunos que quieren presentar esto (la asignación universal) como una guerra entre abuelos y chicos (porque se financiará a través de la ANSES)”, y fue entonces cuando citó la trama del libro de Adolfo Bioy Casares Diario de la guerra del cerdo, para luego pedir “no entrar en antinomias, si el país es el mismo”. Fue bastante aplaudido, incluso cuando nombró a la Presidenta. Mientras, desde un lateral, Agustina se mantuvo a distancia hasta que finalmente se acercó a Boudou quien, ya fuera del escenario, fue acosado por la entusiasmada masa femenina de jubilados.
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