Con servicios reducidos y comercios cerrados, son pocos los trabajadores que deben cumplir sus obligaciones: kioskeros, servicios gastronómicos, barrenderos y taxistas. Algún colectivo y muy pocos vehículos pueden apreciarse en las principales avenidas.
El primer día de mayo es, además de un día de descanso para los trabajadores, una oportunidad única para disfrutar de la apacible Buenos Aires: absolutamente desierta, los turistas pasean por la ciudad en un día primaveral en pleno otoño que alcanza, al cierre de esta nota, los 21 grados.
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