La firma del convenio por el cual la Ciudad le entregó al Gobierno nacional los ex centros clandestinos de detención, incluida la ex ESMA, desató una guerra entre los organismos de derechos humanos que promete acciones legales y pirotecnia verbal bajo el manto de la política de memoria.
La idea de Cristina Kirchner es llegar al próximo 24 de marzo con un impactante museo que se construirá en el Casino de Oficiales, y cuya obra es resistida por los organismos de DD.HH. no kirchneristas.
Este fue un punto central por el cual Nación le pidió al gobierno de Mauricio Macri que le entregue, llave en mano por treinta años, el usufructo de esos predios. Pero además el convenio, que se firmó en secreto y fue anticipado por PERFIL, promueve vaciar el IEM (Instituto Espacio para la Memoria), el organismo que manejaban los organismos de DD.HH. no kirchneristas y que tenía injerencia en los ex centros clandestinos.
En este marco, CFK prepara un encuentro masivo cuando se cumplan los diez años del retiro del cuadro de Jorge Rafael Videla del Casino de Oficiales, en un histórico acto que encabezó Néstor Kirchner. Por ello, Hebe de Bonafini (Madres de Plaza de Mayo), Estela de Carlotto (Abuelas) y varias personalidades de la cultura se preparan para salir a defender el acuerdo PRO-K.
Del otro lado, Nora Cortiñas (Madres Línea fundadora), Adolfo Pérez Esquivel (Premio Nobel de la Paz) y el grupo de ex detenidos de la ESMA se mostraron en contra del convenio. El temor es que, al ser absorbida la política con respecto a los ex centros clandestinos por la Secretaría de DD.HH. de la Nación, los organismos no alineados con el Gobierno pierdan injerencia en la política de memoria.
Beinusz Szmukler, histórico abogado en causas vinculadas a los DD.HH. e integrante del IEM, adelantó a PERFIL que van a “plantear un amparo porque no puede poner en práctica un convenio sin derogar dos leyes”.
Según el abogado, el convenio da de baja la creación del IEM, creado por una ley porteña, y otro convenio firmado en 2004 entre Kirchner y Aníbal Ibarra, por el cual los ex centros clandestinos pasaron a la Ciudad.
“Es la estrategia final del kirchnerismo para terminar con los organismos de DD.HH. opositores”, denuncia Facundo Di Filippo, ex presidente de la comisión de DD.HH. de la Legislatura porteña.
Por ahora, esta semana hubo reuniones de entidades vinculadas al IEM para coordinar la estrategia para que no avance el convenio.
Smukler agregó que “el punto de arranque fue el museo del Casino de Oficiales porque se dieron cuenta de que se podía complicar porque el IEM se oponía”.
El museo que quiere instalar el Gobierno tiene una complicación extra: en la causa ESMA, que aún está en trámite, el juez Sergio Torres había ordenado no tocar ese lugar ya que sirve como medida de prueba. El argumento que pone el kirchnerismo es que no se tocará ninguna pared ya que las presentaciones que se realizarán en el nuevo museo serán virtuales. Un debate que comienza