La incorporación del humorista Cacho Buenaventura como candidato a vicegobernador de Córdoba del kirchnerista Eduardo Accastello sacudió el tablero provincial de cara a las elecciones del 5 de julio. Si bien será su debut en política, su figura siempre estuvo ligada al poder.
Luis Eduardo Buenaventura es de “cuna y sentimiento radical” –como él mismo dice– y mantuvo una cordial relación con los ex gobernadores Eduardo Angeloz y Ramón Mestre. Con la llegada al poder del justicialismo, Buenaventura selló un estrecho vínculo con José Manuel de la Sota y así su imagen se convirtió en la figura de campañas publicitarias del Banco de Córdoba y de EPEC, el ente provincial de energía.
La relación de Cacho con el poder continuó durante la gestión de Juan Schiaretti. Y el cómico hasta participó de un spot cuando éste buscaba llegar al Congreso.
Grande fue la sorpresa al anunciarse el pase de Buenaventura al kirchnerismo. Sin embargo, su reciente postulación no resultó el primer contacto del cómico con el Frente para la Victoria. En la investigación que el fiscal Carlos Rívolo lleva adelante contra el ex secretario de Transporte Ricardo Jaime por enriquecimiento ilícito, el nombre de Buenaventura figura como uno de los pasajeros que volaron a Brasil junto al polémico ex funcionario.
Horas antes de su pase a las filas K, Cacho fue tentado por De la Sota a torcer la decisión. Pese a que la oferta fue muy tentadora, no surtió efecto.