Eduardo Sigal envió el cable advirtiendo sobre una "embajada paralela" en Venezuela para protegerse ante un eventual avance de la Justicia. Así lo confirmaron a PERFIL una fuente de Cancillería y otra de Comodoro Py. El subsecretario de Integración Económica Americana y Mercosur lo redactó el 25 de junio. Tres días antes, el fiscal federal Gerardo Pollicita, que investiga los controvertidos negocios bilaterales, había pedido a Cancillería todos los cables diplomáticos emitidos desde 2004 a 2010 relacionados directa o indirectamente con Venezuela. Y Sigal lo sabía.
Está claro que no quería que el cable trascendiera; su intención era que formara parte del paquete que iría a la Justicia y que se interpretara que él había avisado de la desprolijidad en los negocios con Caracas, pero no lo pudo evitar. "Estoy convencido de que algún funcionario inescrupuloso lo difundió", se sinceró el jueves a la noche, en el programa de cable Ultimo minuto, que conduce Paulino Rodrígues.