La jueza Carmen Argibay, ministra de la Corte Suprema de Justicia, exhortó al gobierno de los Estados Unidos a "cerrar la cárcel de Guantánamo", a la que definió como "una herida abierta, creada por un país que se presentó siempre como uno de los impulsores de la democracia y la igualdad".
"Guantánamo es una verg�enza mundial que no se puede aceptar y lo primero que hay que hacer es cerrar Guantánamo", afirmó Argibay al exponer en Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI), donde el experto Leandro Despouy, Relator Especial de Naciones Unidas sobre la Independencia de Jueces y Abogados, presentó su informe anual.
Justamente Despouy, en el documento que elevó a Naciones Unidas, denunció la privación ilegal de la libertad en la bahía de Guantánamo, la aplicación de torturas y tratos inhumanos a los prisioneros y la violación del derecho a ser juzgado por un tribunal competente que padecen los detenidos en esa cárcel, creada por EE.UU tras el atentado a las Torres Gemelas en 2001.
Despouy, de hecho, recomendó a Naciones Unidas exigir al gobierno de George W. Bush la "clausura del centro de detención de Guantánamo sin más demora", así como el urgente traslado de los prisioneros a centros de arresto preventivo, dentro del territorio estadounidense.
La juez Argibay eligió ese duro capítulo del informe de Despouy para reclamar públicamente el cierre de la prisión, que a su entender representa un "reproceso, algo sumamente grave, desilusionante y que nos pone casi en una situación de rebeldía" frente a un país "que es el que mayor fuerza tiene en todo el mundo" y que "es el que más maltrata".
"Guantánamo está destruyendo el respeto por el principio que sostiene que todo el mundo es inocente hasta que se demuestre lo contrario. Nunca creímos que podíamos volver tan atrás. Todas las detenciones allí son ilegales", especialmente porque los defensores de los acusados "dependen del Pentágono" y los jueces que sustancian los procesos son militares, resumió Argibay.
La ministra de la Corte, aplaudida en su disertación, sufrió al término del encuentro la ira de un pequeño grupo de ahorristas que le impidió dejar el edificio de Uruguay 1037 de esta capital, donde se desarrolló el encuentro.
Los ahorristas lanzaron fuertes reproches y algunos objetos para manifestar su rechazo al fallo en el que el supremo tribunal se dispone a declarar abstractos los reclamos que sustentan cerca de 50 mil demandas iniciadas por depositantes perjudicados por la pesificación compulsiva en 2002.
Frente al auditorio, Argibay exhortó sin vueltas a los Estados Unidos a clausurar la prisión en la bahía y recordó que la propia Corte norteamericana dijo al gobierno que debía respetar derechos elementales de los detenidos, garantizar su defensa y dar trámite a sus demandas legales.
"Esta supuesta guerra contra el terrorismo es un abrir las puertas para no respetar los derechos humanos. Así, estamos perdidos. En Guantánamo se tortura, se priva de la libertad ilegítimamente, juzgan personas que no son jueces. Esto es la perdición", indicó Argibay.
En Guantánamo se alojan varios centenares de presos supuestamente vinculados al terrorismo y que padecen un limbo jurídico. La mayoría no tiene iniciado siquiera un juicio y no pudo contactarse con abogados. La Unión Europea manifestó críticas a esa cárcel ubicada en un enclave en la isla de Cuba.