Elisa Carrió terminó de cerrarle la puerta a un entendimiento con Sergio Massa, identificó a los empresarios que “vienen presionando” por un acuerdo y les pidió que se hicieran “cargo del monstruo que crearon”. A su vez, destacó a Mauricio Macri por “soportar las presiones”, dijo que está “acostumbrada a que los radicales no resistan” y fustigó al papa Francisco “por jugar a ser Dios en la Argentina”. “Yo estoy feliz por su misión universal, pero él es un jesuita y su tentación es el poder. Cuando habla con argentinos se convierte en una unidad básica”, consideró justo antes de que reciba a Cristina Kirchner.
Ayer, el congreso federal de la Coalición Cívica la proclamó como candidata presidencial, cargo por el que competirá por cuarta vez consecutiva. Estuvieron Martín Lousteau y María Eugenia Vidal, la candidata del PRO en la Provincia. “Una foto vale más que mil palabras”, destacó Carrió cuando posaron junto a “Toty” Flores (será vice de Lilita) y al macrista Emilio Monzó. En diálogo con PERFIL, Carrió confesó que se lleva “mucho mejor con mucha gente del PRO que lo que me llevaba con los progresistas que sólo buscaban cargos para después abandonarme”.
—¿No teme que se repita la experiencia del 1,8% de 2011?
—No, al contrario. Yo estoy para servir, no para servil. Y estoy más allá de los votos.
—¿Las presiones para sumar a Massa en la Provincia pueden ser fructíferas?
—Por lo que veo no. El tiempo de la presión inadmisible por parte de empresarios y periodistas terminó esta semana. El martes se firman los acuerdos y todo está muy bien.
—Su partido sigue denunciando al PRO, por pauta oficial, por negocios con Caputo.
—Por supuesto. Las ilegalidades en un gobierno democrático se denuncian. Y si yo fuera presidente soy la que voy a denunciar a mis propios funcionarios.
—¿Eso no podría atentar contra la gobernabilidad?
—Los temores a la gobernabilidad son propios de los intereses mafiosos.
—¿Esos intereses no están también detrás de Macri?
—No. Porque lo viví en estos meses. El ha cumplido todos los acuerdos, incluso en materia de juego. Yo no tuve esa experiencia ni con el socialismo ni con el radicalismo. Yo siempre resistí esos intereses, pero ahora Macri también los resiste. Habrá que preguntarle a los empresarios que construyeron al monstruo qué van a hacer con él, no con nosotros. Me refiero a los Bulgheroni, a (Jorge) Brito, (Héctor) Magnetto, (Paolo) Rocca. Las cartas están muy claras, por lo menos para Mauricio y para mí. Ernesto también ha tenido esta posición, pero ha flexibilizado en el último tiempo. Estoy acostumbrada a estas cosas donde el radicalismo no resiste determinadas presiones.
—¿Por qué ahora apunta contra Margarita Stolbizer?
—Si en octubre estamos cincuenta a cincuenta como en el ‘83 y hay 6 puntos a favor de Margarita, esto hace ganar a Scioli. El problema no es Massa, el que está coadyudando al PJ es ese sector del radicalismo que se llama progresista, junto con Binner.
Carrió sabe que la interna con Macri es dificil. “Corre con ventaja, por la publicidad, por los medios”, analiza. Y sostiene: “Yo no voy a Tinelli, pero no por Tinelli, sino porque no puedo banalizar la política. No quiero votar fachadas. A mí me gusta la sustancia”.
—¿Cuánto tiene Macri de sustancia y de fachada?
—Tiene más sustancia de lo que yo misma creía. Tiene un lado que quizás no se lo entienda porque es ingeniero. A veces no pueden expresar todo lo que sienten. Tienen enormes valores, pero les cuesta hablar.