Esteban “Cacho” Caselli fue embajador argentino en el Vaticano en el epílogo del menemismo, senador italiano y un hombre influyente en la Santa Sede. Quedó en el ojo de la tormenta luego de que se publicara que, junto al embajador Juan Pablo Cafiero, supuestamente habría hecho circular un dossier, antes del cónclave que consagró al Papa, en el que se usaban las denuncias del periodista Horacio Verbisky para vincular a Jorge Bergoglio con la dictadura militar.
“No voy a contestar estupideces que no tienen ninguna razón de ser sino que tienen una enfermedad de protagonismo por parte de un seudoperiodista (Román Lejtman) que no tiene ningún tipo de información”, lanza Caselli, sin disimular su malestar.
—¿Entonces no existió el dossier?
—Es un invento del periodista. ¿Se imagina interferir ante 115 mentes distintas, gente que viene de Canadá, de Estados Unidos, de Italia, de Polonia, de otras latitudes? No tiene ningún sentido. Simplemente este periodista necesitaba tener protagonismo porque no existe en un diario (El Cronista) que tampoco existe.
—Siguiendo su línea de pensamiento, ¿por qué cree entonces que aparece esto?
—Enfermedad de protagonismo. ¿Me puede mencionar en qué existe este periodista, dónde existió? Nunca. Entonces le falta protagonismo, y para ganarlo inventa cosas. Yo no respondo a cosas inventadas sino a cosas fundadas.
—En la nota incluyen al embajador Cafiero.
—Vuelvo a repetir: no quiero hablar de semejante barbaridad hecha por un hombre que no figura en el living de los periodistas, que maneja un diario que vende, o regalará, cinco mil ejemplares. Aparte, el embajador Cafiero lo ha desmentido. Yo no conozco al señor Verbitsky, no tengo el placer de haber hablado ni una sola vez con él. Son inventos que ha hecho una persona que no tiene la capacidad de opinar sobre temas eclesiásticos porque no es un hombre católico.
—¿Pero no cree que hubo una campaña sucia contra Bergoglio?
—No rebajemos el tenor de la nota a contestar cosas que no vienen al caso. No quiero contestar cosas escritas por un irresponsable total.
—¿Se lo imagina a Francisco intercediendo por las Malvinas?
—Yo no involucraría a Su Santidad en un conflicto entre dos naciones porque es un hombre que tiene que estar al servicio del mundo; a pesar de ser argentino no puede tomar partido por nadie. Puede tener su pensamiento íntimo pero no se puede involucrar en conflictos a favor de uno o a favor de otro.
—¿Había sectores de la Iglesia argentina que discrepaban con Bergoglio?
—No. Todo sistema colegiado tiene distintos pensamientos, si todos pensáramos de la misma forma no existiría ni el centro, ni la derecha, ni la izquierda. Pero a la hora de recibir este designio de Dios, todos se alinean.
—¿Cuál será su rol ahora con Francisco?
—Voy a actuar como siempre: desde los ocho años, cuando tomé mi primera comunión, milito en el catolicismo. Voy a estar al servicio de la Iglesia, y no como me quieren hacer aparecer: como un monje. No soy ningún monje, nunca he manejado absolutamente nada de la Iglesia, sino que soy un hombre que entiendo del poder eclesial y por eso me han puesto en esta ola que no viene al caso.
—Se lo menciona como un hombre fuerte en las sombras.
—El que piensa que yo, en las sombras, puedo hacer algo, no sabe lo que es la política en el Vaticano.
—¿Se emocionó cuando se anunció a Bergoglio?
—He llorado, me llenó de emoción.
El periodista no le contestó
Consultado por PERFIL, el periodista Román Lejtman, autor de la nota en la que reveló el supuesto dossier secreto para intentar evitar que Jorge Bergoglio llegue a ser consagrado papa, prefirió no responder al ex embajador Esteban Caselli.
El periodista respondió que prefería leer con detenimiento las declaraciones de Caselli antes de contestarle por este medio.
En su artículo, Lejtman sostenía que el Gobierno había intentado perjudicar a Bergoglio vinculándolo a la dictadura.
“Una canallada”
El canciller Héctor Timerman calificó como “una basura” y “una canallada” la versión según la cual el embajador argentino ante el Vaticano, Juan Pablo Cafiero, hizo circular un informe negativo acerca de Jorge Bergoglio antes del cónclave en que fue elegido papa.
“Alguien publica una canallada y uno tiene que estar discutiendo eso. Es una de las noticias más basura que he leído en los últimos años en el periodismo argentino”, sostuvo ayer el canciller argentino durante una entrevista en radio Del Plata.
Asimismo, Timerman consideró que “acusar a un hombre como Juan Pablo Cafiero, con su trayectoria, con el respeto que tiene hacia su trabajo y todo lo que hizo en su vida, su relación con la Iglesia, de pretender cambiar la decisión de 117 cardenales de todo el mundo con un informe que supuestamente escribimos, es una canallada”.