Después de la visita a Rusia por la Cumbre del G20, la presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, irá mañana la villa 21-24 de Barracas, un territorio en disputa con el macrismo, en lo que será el reinicio de la campaña electoral en la Capital Federal.
El pretexto del desembarco de la jefa de Estado es la inauguración de un Centro Cultural. Allí desembarcará junto al secretario del área, Jorge Coscia, y los candidatos porteños del kirchnerismo. Pero además, el lugar es el mismo que eligió Jorge Lanata para contrarrestar en su programa la comparación presidencial entre Argentina, Canadá y Australia. Es imposible desvincular ese dato del acto de Cristina Kirchner, en el medio de la feroz batalla que tiene el Gobierno con el Grupo Clarín. En la 21-24 viven alrededor de 60 mil personas.
En las primarias del 11 de agosto, la lista de diputados y senadores nacionales del oficialismo obtuvo el 19% de los votos en la Capital Federal, quedando en segundo lugar, pero sin tener en cuenta la sumatoria de las listas de UNEN, que llegaría a equiparar al PRO con más del 30% de los sufragios.
Es por eso que los candidatos porteños necesitan un empujón. En las elecciones generales de 2011, Cristina ganó en la Capital Federal y todavía conserva un caudal de votos que quizás no le sirvan para ganar pero tampoco para despreciarlo.
La campaña bonaerense, mientras tanto, está delegada –por ahora– en la figura del gobernador Daniel Scioli, que acompaña al candidato a diputado nacional Martín Insaurralde, a todos los rincones de la provincia de Buenos Aires.
Cristina decidió, tras la derrota en las primarias, elevar el mínimo no imponible, para que sólo el 10% de los asalariados paguen el impuesto a las ganancias. Fue una medida para captar votos de la clase media, perdidos en las internas a manos de Sergio Massa. Después, desplegó a la Gendarmería en los distritos de la zona norte del Conurbano, donde los municipios son controlados por massistas, también para hacer frente a otro reclamo de la clase media, la inseguridad. En zonas como San Isidro, se pueden observar hasta dos gendarmes por cuadra. Todo indica que seguirá tomando medidas que impacten en la clase media para achicar la brecha que hay entre Insaurralde y Massa.
Twitter es la nueva cadena
Ayer fue el primer día del mes en el que Cristina Kirchner no recurrió a la red social Twitter para dejar declaraciones políticas o simplemente difundir actos de Gobierno. En las últimas semanas se evidenció una nueva escalada tuitera, que recurrió con más continuidad a la red social para lanzar duros cuestionamientos. El viernes, desde San Petersburgo, por ejemplo, recurrió a 32 tuits para hablar de la escalada bélica en Siria, para criticar el proteccionismo de Estados Unidos y para despotricar contra algunos medios argentinos porque algunos de sus artículos “son utilizados como prueba” en tribunales internacionales. “Argentinos atentando contra los propios argentinos”, concluyó. El miércoles, ya había utilizado 39 tuits para comentar los avatares políticos. Críticó el concepto de “círculo rojo” que explicitó Mauricio Macri, entre otras cosas.