La presidenta Cristina Fernández de Kirchner viajó a Brasilia para participar de la cumbre de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) con dos objetivos claros: recibir un pronunciamiento público de estas potencias contra los fondos buitre y, en el mejor de los casos, obtener la promesa de que le prestarán 5 mil millones de dólares. Pero sólo obtuvo gestos de apoyo simbólico a seís días de volver a reunirse con los holdouts en Nueva York.
Es que los 15 jefes de Estado (ya que participaron mandatarios de toda la Unasur) se reunieron en Brasilia para celebrar la creación del flamante Banco de Desarrollo de los Brics, lo que fue bien recibido en Casa Rosada por la buena relación diplomática con Argentina, y en medio de una tensa negociación con los fondos buitre que podría llevar al país a un nuevo default.
Sin embargo, la posibilidad de recibir un préstamo -o la promesa de cara a los próximos meses-, como se especulaba desde el Gobierno, quedó trunca de inmediato. El motivo fue excluyente: las líneas de créditos del banco de fomentos recién estarán disponibles en 2016 y nadie le dará ninguna certeza hasta ese momento.
"Falta la implementación de todos los detalles y la conformación de los fondos, definir las autoridades y las estructuras administrativas, que va a llevar mucho tiempo", explicaron desde la cancillería brasileña. Al momento, el flamante banco sólo tiene dos definiciones: será dirigido por una autoridad de India y su sede estará en Shangai.
"No se habló de financiar todavía a países externos al Brics ni que accedan al fondo de contingencia aquellos países que no pertenecen al bloque", explicó un vocero del Gobierno de Dilma Rousseff ante las preguntas de los periodistas.
De esta manera, a la comitiva le quedó claro que no se volverá de Brasil con la promesa de un préstamo que oxigene las cuentas del Banco Central de la República Argentina, teniendo en cuenta los pagos que deberá afrontar en las próximas semanas.
El Gobierno tenía la expectativa de regresar al suelo argentino con la certeza de que en los próximos meses recibirá un préstamo de 5 mil millones de dólares, según consignó el diario La Nación. Sin embargo, no hubo lugar ni de un planteo formal por parte de la delegación argentina.
El otro objetivo claro que tenía la comitiva era lograr un fuerte pronunciamiento público del Grupo Brics contra los fondos NML Capital y Aurelius, quienes reclaman el pago cash del 100% de sus bonos y reavivan los fantasmas de default.
Según dijo la propia mandataria, el apoyo lo consiguió, pero sólo se trató de una cuestión simbólica y puertas adentro. Durante su participación en la reunión, Cristina dedicó todo su tiempo en el micrófono para despotricar contra los holdouts: "Vienen por las riquezas del país".
Luego, la Presidenta se mostró optimista y dijo haber conseguido el guiño de las potencias emergentes. "La Argentina se vio gratificada con un amplio apoyo de los paises del Brics respecto de la situación de los fondos buitres y su intento de tirar abajo la reestructuracion de la deuda que trabajosamente hizo la Argentina de 2005 a 2010", señaló.
Además, repitió una y otra vez que "la Argentina no va a entrar en default". En ese sentido, Cristina resaltó: "Les ofrecemos a los fondos buitre entrar al canje, porque el canje está abierto. Es pagarle en las condiciones justas, equitativas y legales".
En rueda de periodistas, sólo dos jefes de Estado se refirieron al tema. El colombiano Juan Manuel Santos dijo que el caso del conflicto argentino con la justicia norteamericana "es irracional e insólito". Por su parte, Dilma Rosseff dijo que llevará el tema a la próxima cumbre del G20.
Pero, según se informó a la prensa, no hay mención alguna al conflicto en el que interviene el juez Grisa en los documentos oficiales que se labrarán a partir de esta cumbre. Tampoco los hay en los textos que se publicaron tras la reunión del lunes en Fortaleza, donde los cinco paises que integran el bloque se reunieron para anunciar la creación del Banco de Desarrollo.
El que sí anunció sus apoyos incondicionales al gobierno de Cristina Kirchner fue su par ruso, Vladimir Putin, quien antes de viajar a Brasil pasó por la Casa Rosada y se interiorizó en el tema. No obstante, el jefe de Estado apuntó a "reformar los organismos internacionales", en clara referencia al Banco Mundial y al FMI. Objetivos demasiados utópicos ante las urgencias que atraviesa el país, a medio paso del default.