Luego de firmar 21 convenios bilaterales con el presidente venezolano en el Palacio Miraflores, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner continuó hoy su agenda al lado de Hugo Chavez participando de una muy distendida teleconferencia conducida por ambos, en la que la mandataria prometió volver en julio a Venezuela en el marco de constantes elogios y agradecimientos mutuos.
"En Argentina se están viendo los frutos de la gestión presidencial", arrancó diciendo el líder bolivariano, quien poco después comenzó a presentar a quienes participarían de la teleconferencia en la localidad de Trujillo saludando por su apodo de "Remache" al general Carlos Martínez Mendoza, y revelando a continuación el modo en que a él mismo lo apodaban en el Ejército al decir "yo soy Tribilín".
"Ningún general de mi país me perdonaría si le dijera Remache", retrucó Cristina, quien enseguida comenzó a llamar simplemente por ese mote al militar en cuestión. Todo, delante de una nutrida comitiva argentina integrada por funcionarios como la embajadora Alicia Castro, Julio De Vido y Carlos Cheppi, a quien tanto uno como otro mandatario elogiaron por su participación como titular del INTA en el desarrollo de un "nuevo modelo de negocios" entre Argentina y Venezuela.
Ya iniciada la charla entre "Remache" y Cristina, Chávez no se quedó callado. Muy por el contrario, metió bocadillos a granel, e incluso llegó a cantar algunas estrofas de una canción dedicada a Trujillo. “Ni sueñen con que yo vaya a cantar, soy una desafinada atroz”, respondió la Presidenta, quien luego volvió a advertir que no cantaría al recordar a Atahualpa Yupanqui luego de que el bolivariano lo mencionara y lamentara no saber "ni una estrofa" de sus canciones.
“¡Qué bueno que vienes de ver a Fidel!”, fue otro de los comentarios que hizo Chávez a Cristina antes de decirle que con lo hecho por sus gobiernos hasta ahora se ha conseguido "un primer piso" en la relación bilateral. “Ahora busquemos un segundo y un tercer piso”, exhortó el venezolano, quien pidió a los productores de ganado de Argentina que "incrementen su producción".
"Necesitamos 20 mil animales más", expresó Chávez para justificar su pedido a los ganaderos, antes de agregar: "Y más aún con la crisis mundial, que no nos va a detener ni a fracturar en el avance de lo que hemos denominado el renacimiento de la gran patria argentina y también de la gran patria venezolana”.
"Ojalá en un futuro podamos tener una raza que se llame el bolivariano", dijo luego desde Trujillo el general Martínez Mendoza, a lo que Cristina le respondió: "Le propongo un nombre: ternero de la UNASUR, o ternero latinoamericano".
Enseguida, Cristina arremetió contra quienes "se preguntaban qué hacia yo en Venezuela", diciendo que "tal vez desconocen que son nuestros primeros compradores en materia avícola y metal mecánica", y que ello puede ser no sólo porque "se ignoran estas cosas" sino también porque alguien "las supiera y no las dijera".
La mandataria prometió "seguir avanzando" en la relación con Venezuela, lo que argumentó diciendo que "este es el camino que nos ha dado resultados" y que algunos empresarios argentinos "se han instalado" en el país que gobierna Chávez, a quien agradeció además por la ayuda que dio a la empresa Sancor y a las finanzas del país cuando "Argentina no tenía acceso al mercado de capitales por un default que no declaró precisamente el gobierno que asumió en 2003".
"A veces hay que hacer ejercicios de memoria porque hay algunos desmemoriados", completó su reto la Presidenta, quien terminó diciendo: "Este es el desafío: hacer acuerdos que sean altamente beneficiosos para los dos países. De esto se trata gestionar el Estado".
