Un coronel de policía chileno, procesado por el secuestro y desaparición de un militante de izquierda ocurrido en octubre de 1973, se suicidó en un hospital de Santiago, y se convirtió en el cuarto oficial acusado de represión en Chile que pone fin a su propia vida, informó la prensa local.
Luis Hidalgo, el coronel de Carabineros que tomó la decisión de acabar con su vida, tenía el rango de capitán cuando encabezó el secuestro y desaparición de Juan Bastías, dirigente campesino y militante del MAPU, uno de los partidos de la coalición que respaldó al presidente Salvador Allende.
La autopsia reveló que Hidalgo murió por "traumatismo encefálico por disparo". El diario chileno La Nación recordó hoy que el suicidio de Hidalgo se suma a los de los agentes de la policía secreta de Augusto Pinochet Germán Barriga, Gonzalo Asenjo y Carlos Muñoz, quienes al momento de quitarse la vida estaban procesados por crímenes de lesa humanidad cometidos durante la dictadura militar.
Hidalgo fue procesado por el juez Fernando Carreño, de la Corte de Apelaciones de la ciudad de Temuco, al sur de Santiagom. El jefe policial se internó en el Hospital Militar tras ser notificado de su procesamiento y de la respectiva orden de arresto dictada por el juez.
Una fuente de la policía citada por La Nación indicó que el coronel Hidalgo “se encontraba muy abatido por el procesamiento que le afectaba".
En el proceso por el secuestro y desaparición del dirigente campesino Bastías -quien tenía 25 años en 1973- están encausados también ocho suboficiales de policía. El juez Carreño logró reconstituir los hechos y concluyó que el principal autor del crimen fue el coronel Hidalgo.
Fuente: Télam