Más de 500 personas fueron detenidas y 14 uniformados resultaron heridos en una tensa jornada de protestas estudiantiles en Chile, en la que los Carabineros intentaron dispersar las marchas en Santiago y otras doce ciudades, mientras 200 estudiantes ocuparon una televisora para difundir al país su reclamo de asegurar un nivel de educación pública de calidad, incluso a nivel universitario.
De acuerdo con el subsecretario del Interior, Rodrigo Ubilla, "527 detenidos y 14 carabineros heridos es el balance a nivel nacional que han dejado hasta ahora las marchas estudiantiles".
Centenares de personas salieron expontáneamente la noche del jueves a sus balcones y a las calles para hacer sonar sus cacerolas con cucharas de metal en una protesta que se fue extendiendo en diferentes barrios de la capital chilena, según reproducían radioemisoras locales. Los manifestantes -universitarios, escolares y profesores- intentaron reunirse al caer la noche en la céntrica plaza Italia para marchar por la Alameda, principal arteria de la capital chilena, pero fueron reprimidos por la Policía, que utilizó gases lacrimógenos y carros lanza-agua, informó la agencia AFP.
La acción de la policía fue respondida por los estudiantes con piedras, fogatas y barricadas que levantaron estudiantes.
Ante la imposibilidad de marchar, unos 200 estudiantes ocuparon de manera pacífica la estación televisiva Chilevisión (ex propiedad del actual presidente, Sebastián Piñera) para expresar sus demandas, relató la periodista de la emisora televisiva Macarena Pizarro.
"Nos vimos afectados como canal por una ocupación de unos 200 estudiantes que llegaron hasta el canal para manifestarse", dijo Pizarro al aire.
El objetivo de los jóvenes manifestantes era salir al aire para comunicar al país sus reclamos, pero finalmente accedieron a la propuesta de los productores de la emisora de grabar un mensaje que sería transmitido más tarde, tras lo cual comenzaron a abandonar el lugar, expresó la periodista.
Mientras tanto, el vocero presidencial Andrés Chadwick expresó a Radio Cooperativa que "hemos tenido toda la prudencia para hacer respetar los derechos de expresión, pero llega un límite que está dado por que un grupo de personas no perjudique el derecho del resto”. “Los estudiantes no son los dueños de este país", argumentó.
En contraposición, uno de los dirigentes del movimiento estudiantil, Rodrigo Rivera, sostuvo que "creemos que tenemos todo el derecho constitucional a manifestarnos, sobre todo por la Alameda, pero no se dejó que los compañeros llegaran a Plaza Italia porque la policía comenzó a reprimirnos".
"El centro de Santiago se encuentra en estado de sitio", dijo a la prensa local Camila Vallejo, también referente de los estudiantes. "Es un derecho. Nadie nos puede reprimir por congregarnos en espacios públicos", agregó Vallejo.
Estas manifestaciones se unen a otras protestas que los estudiantes llevan realizando desde hace dos meses, cuando estalló el conflicto, como huelgas de hambre de decenas de escolares y la ocupación de centenares de colegios y universidades. Anteriormente, los estudiantes habían realizado tres marchas en las que se calcula participaron unas 240 mil personas.
Los jóvenes exigen una serie de reformas constitucionales para alcanzar una educación pública de calidad y gratuita y que se acabe con el lucro en las universidades, prohibido en la legislación chilena pero burlado a través de resquicios legales.
El Gobierno de Piñera entregó el lunes una propuesta de 21 puntos que plantea consagrar en la Constitución el derecho a una educación de calidad, cuya responsabilidad está hoy en manos de los padres, pero acoge parcialmente el reclamo de acabar con el lucro en la educación.
El ofrecimiento fue calificado por los estudiantes de "insuficiente" y decenas de sindicatos universitarios ya lo rechazaron, pese a que dirigentes estudiantiles anunciaron que el viernes entregarían una respuesta sobre la propuesta.
Las protestas estudiantiles han influido notoriamente en la caída de la popularidad del presidente chileno, que llegó a un mínimo del 30% en julio –y se estima que hoy está en un 26%-, y además provocaron el cambio del anterior ministro de Educación, Joaquín Lavín.
El ministro del Interior, Rodrigo Hizpeter, dijo el miércoles que se había decidido prohibir las marchas para evitar daños a la propiedad pública y privada como los provocados en manifestaciones anteriores.
Presión al Ejecutivo. La Confederación de Estudiantes de Chile (Confech) dio un plazo de seis días al Gobierno para responder a las demandas estudiantiles, presentes en el petitorio entregado por el movimiento estudiantil que incluye educación gratuita y fin al lucro, entre otros puntos.
Así lo indicó el presidente de la Universidad de Los Lagos, Patricio Contreras. "En su desesperación y desinterés de responder a las problemáticas sociales, hacemos responsable al gobierno actual, que ataca y reprime autoritariamente a la población en general, incluso atentando contra la vida de nuestros propios compañeros. Incitamos al gobierno a dar respuestas serias, concretas y coherentes con nuestras demandas históricas. Para esto, el Ejecutivo tiene un plazo de seis días, a partir de esta jornada de movilizaciones y protesta nacional".
De momento, la única respuesta de parte del Ejecutivo chileno ha sido a través de su portavoz, quien indicó que "al Gobierno no se le emplaza de esa manera".