Para algunos, el ex espía de la Policía Federal Ciro Gerardo James sigue siendo el talón de Aquiles del gobierno de Mauricio Macri. Fue procesado junto al ex comisario de la Federal y fugaz jefe de la Policía Metropolitana, Jorge “Fino” Palacios, por formar parte de una asociación ilícita que se dedicaba a realizar escuchas ilegales. Macri también está procesado en esa causa.
Después de tres largos encuentros con PERFIL, James acepta apartarse 45 minutos del estricto off the record y grabar una entrevista. Pero después de hablar durante horas y verlo morderse el labio, uno entiende que James debe de haber asimilado aquello que escribió Sisela Bok en su libro Secretos: “El secreto es tan indispensable para los seres humanos como el fuego, e igual de temido. Mejora y protege la vida pero también puede ahogar, arrasar y extenderse fuera de control”.
—¿Qué rol iba a tener en la Metropolitana y que tareas realizó?
—En el área de legales, por eso me fui de la Federal. Más dinero, un área tranquila, y tenía que ver con mi profesión, soy abogado. Me convenía todo. Presencié una reunión con los fiscales en el Ministerio de Seguridad, habían ido para dar una charla sobre las políticas de criminalidad. También fui a una reunión con un fiscal, que creo que se llamaba Agustín Gamboa, y fui acompañado por el comisario Roberto Ontivero.
—¿Cuál era su relación con Palacios?
—Lo conocí en 2004, cuando fue superintendente, al igual que todos los que estábamos ligados a la Superintendencia. Lo debo haber visto un par de veces; una, cuando nos felicitaron por un trabajo de investigación que hicimos con una causa de armas. Posteriormente a eso, cuando me enteré de que se iba a ir como jefe de la Metropolitana, hablé con Pitaluga, un ex jefe mío, el que sí era amigo de él, para que me consiguiera un lugar en el área de Legales.
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