POLITICA

Cobos no hizo de Hamlet sino de Kobos

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¿Cómo viene la mano? Marzo al Este: chicos uruguayos portando notebooks que operan incluso en micros escolares equipados con wifi (sic). Marzo al Oeste. Chicos argentinos cargando mochilas medievales repletas de "artículos" inflados por mercachifles. Cada año "dibujan" ediciones como si química, matemáticas, botánica fueran frutos de la moda. Mega timo sobre el que la Cámara del Libro hace la Vista Gorda y los adultos paternos se desligan. Y así va la mano. Vaciado el imaginario, cualquiera planta en el almácigo argentino lo exótico que le convenga. Halloween, San Valentin, Saint Patrick's Day. Una década más y aquí al fuelle lo reemplaza la balalaika. Los fenicios se forran explotando nuestra rancia bobería (sobre todo la porteña) y ya no hay día que no sea el Día de algún Día. Pero nunca de Algo que nos toque a todos. (El día del Bolsillo, por ejemplo) No son tontos. No intentan imponer la costumbre del harakiri porque aquí no hay ambiente Ni con Borocotó se dió. Ahora mismo Maradona, Kirchner, Cobos (tan a la mano que lo tienen, pero quien va y se los dice y les acerca el instrumento de "abrirse" de una santa y oportuna vez). No está en nuestros genes. Tampoco dar la cara al espejo de las palabras que más intercambiamos. Nadie encara, por ejemplo, promover un higiénico Día del Boludo o la Boluda. Lo bien que nos haría reflexionar (un día, al menos) en lo que somos todo el año. De celebrarlo así, sin cortapìsas, hasta Barcia sumaría "boludo" a la sinonimia de "argentino". Estos tics verbales no nacen de un repollo. Fue Menem quien nos metió en la boca cultural groserías como el Oulet y el Sale (además de entronizar el biotipo del chanta posmo) Kirchner a su vez lo enrareció con transversal, destituyente, , excarcelable, paco. Y ninguno de estos lujitos tienen todavía Su Día. Todo vale. Nada vale. Debemos educarnos de nuevo desaprendiendo lo que nos trajo hasta aquí. Sarmiento al menos fue y se vino con un centenar de maestras de Boston que renovaron el aire.¿Y si ahora para elevar el piné importamos a los pigmeos Mbuti del Congo?

El antropólogo catalán Albert Sánchez Piñol vivió con ellos seis meses y retornó con su occidente portátil hecho añicos. Perdió el ego. Despertó. Pasa que entre los pigmeos el delito mayor es ser insolidario. Y su punición, el sarcasmo. Si alguno se queda "con un vuelto" de pescado o frutas no lo salvan con Mbuti Oyarbide sino que se ríen del tipejo que osó manotear el nosotros de la tribu. La nuestra (gente de altura respetable) (¿?) aborrece y se ríe del "imbécil" incapaz de meter mano en la lata. O adora a un tapado que una madrugada dudó más tiempo en farfullar "Mi voto no es positivo" que Hamlet en descular la insufrible complejidad del hombre. Así fue que inventamos el Día de Cobos el Impoluto. Cuando lo cierto, muy histórico fue, que el cuyano acudió una noche a oscura reunión en Olivos en donde entre guiños cómplices Shylock le tiró el anzuelo y él mordió: "Te necesito para Cristina. Hoy por ella, mañana por vos. La historia llama una vez" ¿Fué así? Casi así. Néstor desplegó su ácida sonrisa de Guasón y "palo y a la bolsa"con el supernabo binorma. Tendremos el país más "distinto" del mundo, pero por no querer ser, no somos nada. Encaramos. Pactamos. Reculamos. Y esta mano no va más. Es una mano muerta.En este melancólico año del bicentenario deberíasmos leer textos sobre "Porque-no-nos-pasa-lo-que-deseamos-nos-pase". Por mi parte recomiendo y ofrezco gratis "Breve Tratado de Sociología Argentina" Consta de 14 palabras. Su autor es un chacarero oriental cultivador de acelgas y de flores. Empieza: "Los argentinos no se saben querer. Los radicales son nabos y los peronistas patoteros" No siempre, claro. Solá dejó de ser Patotero hace poco. Carrió de ser Naba hace rato.Y nosotros queremos querernos. ¿O no?

(*) Especial para Perfil.com