Locales gastronómicos cerrados o a punto de hacerlo, vacíos; muy pocos colectivos de línea circulando y algunas personas apurando el paso para llegar a tiempo a sus domicilios, fue el panorama que devolvió la Ciudad de Buenos Aires en los primeros minutos de vigencia de las nuevas medidas de restricción que implementó el gobierno nacional, ante el aumento de casos de coronavirus. Una recorrida de PERFIL por algunas zonas comerciales de la Ciudad permitió constatar de primera mano el cumplimiento de las disposiciones.
En este sentido, pocas horas después de conocerse el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) dispuesto por el presidente Alberto Fernández, la mesa de intercámaras del sector gastronómico, conformada por pizzerías, casas de empanadas, hoteles, bares, restaurantes, heladerías, franquicias, y cadenas de comidas rápidas, dejó conocer su preocupación por el impacto negativo de las nuevas restricciones.
Las ventas en el rubro aún
no superan el 50% de la prepandemia
“Durante 2020, el gobierno nacional instrumentó una serie de herramientas de ayuda que lograron sostener miles de puestos de trabajo, mientras que muchas otras empresas han cerrado sus puertas, dejando al sector en una situación de precariedad y emergencia económica”, aseguraron desde esa mesa de trabajo, a través de un comunicado. “Los gastronómicos todavía atraviesan una profunda crisis y se encuentran afrontando deudas contraídas en 2020. Con un nivel de ventas que aún no logra superar el 50% de la situación prepandemia, la nueva restricción pondría en peligro las fuentes de trabajo y la sustentabilidad de todo el sector. La industria gastronómica no es fuente de contagios, sino un sector que agrupa a más de 300 mil empleados y es uno de los motores de la economía nacional. El horario nocturno representa en promedio casi el 55% de la facturación del sector, cualquier tipo de restricción tendrá un gran impacto en la facturación y la rentabilidad del sector”, agregaron.
Lorena Fernández, presidenta de la Asociación de Propietarios de Pizzerías y Casas de Empanadas (Appyce), sostuvo que “el mensaje no beneficia a las pizzerías y casas de empanadas, ya que el 70% de la facturación de nuestro sector se da por la noche. Esperamos que las medidas vengan acompañadas de un apoyo planificado no solo económico para el sostenimiento de los puestos de trabajo (como lo fue el ATP oportunamente), sino de todas las cargas impositivas y sociales que de ello se deriva”.
Gabriel Famá, presidente de la Asociación Fabricantes Artesanales de Helados (Afadhya), aseguró que “la situación del rubro es delicada y la pandemia aceleró en muchos casos el cierre de locales que ya venían golpeados por la economía del país. Tuvimos entre un 20% y 40% de menores ingresos, además que la materia prima se encareció. Manifestamos la necesidad de trabajar sin nuevas restricciones y cumpliendo con las medidas de prevención y protocolos vigentes. Si no trabajamos de noche, será inviable que nuestras heladerías y fuerza laboral subsistan”.