Gritos, llantos, piñas, patadas a una puerta para despedir a un funcionario, desmayos, agresiones, denuncias policiales, y un sin fin de condimentos que nada tienen que ver con las políticas de anti-discriminación y derechos humanos que debería impartir el INADI. Todo ello se desprende, sin embargo, de la feroz pelea entre el presidente del organismo, Claudio Morgado, y su vice, María Rachid.
Perfil.com dio a conocer hoy la pelea a los gritos que entre ambos se generó hoy en el edificio del INADI, por la que Rachid llamó a la Policía y Morgado hizo su propia denuncia en una comisaría. Pero, ¿cómo se inició semejante descontrol?
El sitio periodístico Plaza de Mayo informó hace instantes que la pelea se habría desencadenado porque Rachid quiso echar al secretario del área Legal y Técnica, Agustín Vullietz, hombre de Morgado. A él le mandó un telegrama de despido, pero el propio Morgado lo ratificó en el cargo.
Entonces, Rachid enfureció y quiso echarlo personalmente hoy, una orden que Vullietz no acató. Tras lo cual, la vicepresidenta -que según varios empleados del INADI viene teniendo actitudes persecutorias y de violencia, y viene echando a varias personas incorporadas por Morgado- mandó a llamar a la Policía y a un cerrajero para sacarlo de su oficina. Ante eso, Morgado fue a una comisaría a presentar una denuncia contra Rachid.
En diálogo con Plaza de Mayo, Vullietz relata lo siguiente: "La semana pasada me enviaron una carta documento mediante la cual Rachid me despedía. Yo soy abogado y creo que la vicepresidenta no tiene atribuciones como para despedirme. Al día siguiente, Morgado me envió un documento por el que me ratificaba en mis funciones. Considero que no estoy despedido, aunque hoy Rachid me despidió otra vez verbalmente. Sin embargo, sigo creyendo que esa medida no forma parte, por la Carta Orgánica de la institución, de sus atribuciones".
Por su parte, Morgado también dio su versión de lo sucedido hoy: "Yo recibí 14 denuncias de violencia laboral, de abuso de autoridad, de maltrato por parte de Rachid. Gente del programa de autismo, gente que es padre de niños autistas, que no tiene acuerdo político de nada es denunciante. Personas sordas que se fueron del lugar porque no podían seguir trabajando en este marco. Todo esto desde que asumió en el INADI María Rachid. Ella, en complicidad con gente del gabinete, se hizo convertir en la autoridad del INADI: deriva firmas del presidente del directorio, cosa por fuera de la ley que regula el funcionamiento de la institución. Hay un golpe institucional en el INADI". Y agregó: "La gente está asustada. Nunca tuvimos tanta cantidad de pedidos médicos para no ir a trabajar. La situación es un desastre".
Morgado, contó además que fue a la comisaría para denunciar "la violencia" de Rachid. "El último incidente se produjo cuando Rachid echó al secretario de Legal y Técnica, aunque ella no puede echar a nadie. Le mandó un telegrama de despido y el secretario me preguntó a mí si, como pedía la ley, yo le había mandado ese telegrama, cosa que no había hecho. Lo ratifiqué en el cargo. La única persona que tienen derecho a despedir o sancionar soy yo. Me llamaron para decirme que había gente en Legal y Técnica a la que no dejaban salir. Rachid llamó a la policía. En ese momento fui a la comisaría para hacer esta denuncia".
El presidente del INADI, que viene teniendo varios cortocircuitos con su vice desde hace tiempo, aseguró además que no va a renunciar a su cargo. "Esta situación hay que aclararla, tengo que salvaguardar la institución de la que soy presidente. Tengo responsabilidad administrativa y jurídica. Yo pensé que con el tema de su candidatura Rachid iba a quedar más tranquila, pero no, acá no hay forma. Tiene que renunciar, pedir licencia, no puede seguir esto. Ha violado cuestiones penales, como el exceso de ejercicio de sus funciones. Si es vicepresidenta debe respetar las atribuciones de esa vicepresidencia. Tomó decisiones sobre cuestiones presupuestarias. Contrató cincuenta y siete trabajadores, todos de la federación GLBT, que es la organización de donde proviene ella. Puso a una ex pareja suya, Belén Prieto, una veinteañera, en Recursos Humanos. Esta chica no tiene el secundario hecho, que no me importa que no haya terminado sus estudios, pero es un requisito de la ley".