Con la inflación en alza y las declaraciones de Federico Braun, el presidente de la cadena de Supermercados La Anónima, en agenda, el sector más combativo de la CGT está convencido que es momento de encarar una movilización contra los formadores de precios y aspira a contar con la compañía de Unidad Piquetera, tras el encuentro que mantuvieron esta semana. Aunque el apoyo de las organizaciones sociales permanece con signo de interrogación, con matices internos y reservas hacia la central obrera.
Desde mayo que una de las fracciones del colectivo sindical, que comparte posiciones con Cristina Kirchner, pide concretar una acción contra los empresarios, a quienes responsabilizan por la inflación desbocada, dejando de lado el rol del Gobierno en esta problemática.
Hay un motivo: ven a la coalición oficial “sumergida en quilombos”, como le indicó un dirigente de la central a PERFIL, y consideran que recargar críticas en esta instancia hacia el oficialismo solo ayudaría a limar sus chances electorales de cara a 2023. “Nosotros vamos a hacer todo lo posible para que el Gobierno sea reelecto, la CGT está unida en esa dirección. Hay que pensar que si se pierde, vuelve el macrismo y va por la reforma laboral, ya lo dice abiertamente”, reflexionó uno de los integrantes del Consejo Directivo de la CGT.
Por eso, el blanco en esta instancia son los ejecutivos y la posibilidad de protestar frente a la sede de la Copal o la UIA seduce. ¿Por qué hasta el momento no se concretó una medida de fuerza? Por falta de consenso interno, ya que los gordos no ofrecieron ninguna señal que avale salir a las calles bajo este contexto, pero abren la puerta a la discusión en la próxima reunión de consejo directivo. De hecho, la Uocra apunta que “hay muchas posibilidades” de concretar alguna acción.
Desde las organizaciones sociales esperan un gesto de la central Azopardo ante la “compleja situación económica” y la chance de marchar divide aguas. Barrios de Pie, por ejemplo, no tiene entre sus planes compartir eventos con los caciques gremiales porque no colocan el foco en el papel de la Casa Rosada para contener precios.
Mientras que Eduardo Belliboni, referente del Polo Obrero, en conversación con este medio, no descarta que confluyan ambas fracciones. No obstante, remarcó que en la reunión en la calle Azopardo de esta semana junto con Omar Plaini, planteó que es momento de avanzar hacia “un paro general por las reivindicaciones obreras. Hablar solamente de los formadores de precios y no del Gobierno es exculpar al Gobierno, que tiene responsabilidad. El Gobierno determina el precio de los servicios, del combustible, de los salarios estatales”.
“El Gobierno tiene una política económica sometida al FMI y si hay acciones de lucha o movilización, tiene que ser por la reivindicación principal que tienen todos los trabajadores, que es el salario. El sueldo debe alcanzar por lo menos para la canasta básica, que hoy son 100 mil pesos, y que aspire a igualar a una canasta familiar, que hoy está en 180 mil pesos”, completó.