Los papelitos celestes y blancos inundaron el microestadio de Argentinos Juniors tras una hora de discurso de Cristina Kirchner, en el marco de la presentación de los candidatos del Frente para la Victoria.
Empezó la campaña rodeada por gobernadores de varias provincias y de intendentes del Conurbano bonaerense, sentados en dos palcos a los costados del atril desde el que hablaba. Los necesita para vencer en las legislativas de octubre, porque allí plebiscita su gestión y pone en juego la continuidad del modelo más allá de 2015. En su afán por obtener otra “década ganada”, comprometió a los gobernadores y a los candidatos K: “Por eso nos acompañan los gobernadores, sobre ellos también van a caer como ave de rapiña para denostarlos y criticarlos”.
No atacó en forma directa ni a Sergio Massa ni a Francisco de Narváez, los principales oponentes del kirchnerismo en la provincia de Buenos Aires, el distrito clave. El kirchnerismo necesita obtener allí un triunfo para compensar las casi preanunciadas derrotas en Santa Fe, Córdoba y Capital Federal. Su mensaje fue que la lista K es la que expresa lo mejor a la hora de hacer lo que falta. Lo verbalizó Julián Domínguez, el presidente de la Cámara de Diputados: “Encarnan los valores para responder al desafío social que tenemos desde el Estado”.
Sin embargo, la Presidenta, no nombró a ninguno de los integrantes. Se esperaba una mención al intendente de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde, que encabeza la lista de diputados nacionales por Buenos Aires, y que arranca con un bajo nivel de conocimiento entre la gente. La omisión tiene un justificativo: Cristina es la jefa de la campaña y la que pondrá la cara en las legislativas. El objetivo es que ella arrastre los votos del núcleo duro del kirchnerismo hacia sus candidatos.
CFK le pidió a la oposición que si tiene una mejor propuesta de gobierno que se la alcancen. Pero aclaró que deberá ser una iniciativa con argumentos superadora de la que ella encarna. Eligió sí, como contrincante, a la Corte Suprema de la Nación, que vetó la posibilidad de elegir por voto popular a los miembros del Consejo de la Magistratura (el organismo que nombra y destituye jueces). Y volvió a ironizar con que, en 2015, prefiere ser jueza, porque, desde ese puesto, podría conseguir muchas más cosas. El enfrentamiento con la Justicia es la principal obsesión, hoy, de Cristina Kirchner.
Durante su discurso resaltó los logros de la década K y pidió responder a cada agravio con un acto de gestión. “A cada insulto, un argentino con trabajo”, graficó.
Una alusión elíptica a la lista de Sergio Massa se pudo leer cuando manifestó que el kirchnerismo “nunca se disfrazó de nada”. Y se preguntó ante el público, más de una vez, de qué lado estás. CFK había calificado la lista de Massa como un rejunte.
“Elegir seguir haciendo” es el eslogan principal de la campaña. Si bien Cristina será la figura más importante, la acompañarán Daniel Scioli —con buena imagen en las encuestas— y los intendentes, que fueron premiados con lugares en las listas.