“Para mí la candidata tiene que ser ella.” La frase, pronunciada ante PERFIL por un altísimo funcionario del Gobierno, refleja que el slogan de “pingüina o pingüino” para 2011 no es sólo un juego de palabras. En el oficialismo, la discusión está abierta: comienzan los alineamientos y las pugnas subterráneas detrás de las figuras de Cristina Fernández y Néstor Kirchner que, en definitiva, tributan para un mismo proyecto.
“Cada vez se habla con más naturalidad de una eventual postulación de Cristina. Eso es señal de que la cosa puede ser”, contó a este diario un diputado oficialista que simpatiza con ella. Hasta hace unos meses, no había duda: el candidato era Néstor. La situación comenzó a cambiar después de la segunda internación del patagónico –cuando le colocaron un stent– y por la mejor performance de su esposa en las encuestas.
Si bien en el entorno del matrimonio insisten con que la diferencia entre ambos hoy es poca –de entre 2 y 3 puntos en intención de voto– hay algunas mediciones provinciales que arrojan una brecha más ancha, sobre todo en distritos díscolos como Córdoba y Santa Fe. Ahí, Cristina le sacaría más de 10 puntos a su cónyuge.
Otra razón que sostienen los “cristinos” es que la Presidenta concretó medidas más profundas que su marido y le atribuyen un mejor manejo de la gestión pública. “Está más cómoda en su cargo y ahora lo disfruta más, no da señales de cansancio”, dijo a este diario uno de sus colaboradores. En el último tiempo, se entusiasmó con las incursiones internacionales y aceptó sugerencias sobre cómo usar herramientas 2.0 para comunicar en primera persona. Ella edita su cuenta de Twitter y a veces pide que la filmen para subir a la red videos con mensajes.
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