El Learjet 35-A matrícula LV-ZSZ, de la firma Top Air, fue contratado una sola vez en enero de 2011 para hacer un vuelo desde la terminal aérea de San Fernando hasta el aeropuerto internacional de Carrasco, General Cesáreo L. Berisso, en Montevideo. La nave partió con dos pasajeros y regresó ese mismo día con los mismos viajeros. Los otros siete vuelos que realizó a Uruguay el avión del empresario K Lázaro Báez son un secreto que unos pocos conocen.
Antes de arrepentirse y pedir perdón a Báez, el joven financista Federico Elaskar dijo ante las cámaras del programa Periodismo para Todos (PPT), que conduce Jorge Lanata por El Trece, que a través de esa aeronave “volaba” el dinero rumbo a Uruguay bajo la sombra de las bajas medidas de seguridad que había durante los horarios nocturnos. Tal vez sea una casualidad, pero entre enero de 2011 y mayo de 2012 ese avión aterrizó en territorio charrúa en al menos siete oportunidades, según consta en la base de datos de la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC).
Báez intentó despejar las sospechas y dijo en su defensa: “En relación con los viajes al Uruguay del avión matrícula LV-ZSZ de la empresa Top Air, de la cual soy accionista, el mismo no es solamente de uso particular sino que está afectado a dicha empresa, dedicada al alquiler de taxis aéreos”. Y como sustento de sus dichos presentó tres facturas de las firmas American Jet (Fact. 0001-00000409), Refinadora (Fact. 0001-00000406) y Consulgroup (Fact. 0001-00000427).
“Durante el verano, en plena temporada turística, ha sido contratado por distintas personas o empresas para asistirlas en sus traslados”, se justificó el millonario amigo de la familia Kirchner. Pero su descargo no coincide con los registros del organismo que regula la aviación civil del país.
Según la planilla de Códigos Indicativos de Clase de Vuelos de la ANAC, los denominados como “1N”, que entran en la categoría de “no regulares”, son los que “no poseen un esquema de escalas, frecuencias y horarios predeterminados”. Los ejemplos que se mencionan son los de taxis aéreos, charters, sanitarios y vuelos especiales.
Los “4N”, según se lee en el mismo documento, son “vuelos privados” con patente nacional. Esta denominación “comprende los vuelos realizados con aeronaves de matrícula nacional que realicen operaciones de aviación general que no estén afectados a empresas de transporte aéreo o trabajo aéreo nacionales o extranjeros”.
En la base de datos oficial de “movimientos por matrícula” se observa claramente que un solo vuelo del Learjet 35-A matrícula LV-ZSZ salió del país rumbo a Uruguay con la categoría “1N” como clase de vuelo. El resto de los viajes fueron realizados de manera privada, por orden y cuenta del propietario o la empresa dueña de la aeronave.
El código indicativo de vuelo podría tener más de una explicación. “Todos los vuelos se deben controlar, pero es imposible hacerlo. Esa es la verdad”, argumentó a PERFIL un funcionario de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) antes de asegurar que “esos vuelos clase 4N ni se controlan; se supone que son privados y no están contratados. Se los deja, a menos que haya algún alerta o se esté investigando algo puntual”. La primera vez que el Learjet 35-A matrícula LV-ZSZ realizó un vuelo para la firma Top Air, del empresario Báez, fue el 10 de junio de 2007. Desde ese entonces tiene diez viajes registrados a Uruguay, en su mayoría realizados a partir de 2011 y uno solo sobre la clase de vuelos “4N”. También tiene viajes a Brasil y Chile.