Después del volantazo que pegó en materia económica, Cristina Kirchner emprendió anoche un viaje a La Habana. Llegará a la capital cubana hoy para participar de la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y el Caribe (Celac) junto a una treintena de mandatarios. La agenda formal del encuentro arranca el martes y culmina el miércoles, pero la jefa de Estado decidió adelantar su visita a la isla. Una fuente diplomática dijo a PERFIL que es posible que lo haya hecho para encontrarse a solas con los hermanos Raúl y Fidel Castro, con quienes trabó una excelente relación desde que los Kirchner llegaron al poder en 2003. Otra versión indica que lo hizo para evaluar su salud, en un país donde la medicina es de avanzada.
Pero, mientras ella permanece en el Caribe, los ministros se disputan la mejor idea para corregir el destino de la economía del país. La inflación y la escalada del dólar paralelo, dos temas que obsesionan a la Presidenta, son los tópicos que aborda el equipo económico desde hace tiempo. Son, además, los dos problemas que generan la pérdida adquisitiva del salario y la falta de confianza para que los inversores vengan al país. La idea de flexibilizar el cepo fue de Axel Kicillof. El ministro la propuso en el segundo semestre del año pasado, pero no encontró quórum. Al haber tocado el tipo de cambio y flexibilizado el cepo, el Gobierno tendrá que rediscutir el acuerdo de precios, porque algunos insumos están dolarizados.
Al mismo tiempo, deberá adelantar las paritarias para febrero. Los gremios piden que se negocien cada tres meses y no cada un año, como venía sucediendo hasta ahora. Es que la fluctuación del tipo de cambio genera incertidumbre.
La falta de certidumbre es tal que, ayer, quienes fueron a buscar el dólar turista (hasta ahora se podía pedir con una semana de anticipación antes del viaje) se encontraron con una nueva directiva de la AFIP, que requiere hacer el pedido de divisas 48 horas antes. Como sabían lo que se venía, desde la Casa Rosada pidieron a los gobernadores y a las cámaras empresarias que apoyaran la medida.
En 2011 empezaron las corridas bancarias y la fuga de divisas. El sistema protector que propusieron entonces el titular de la AFIP, Ricardo Echegaray, y la presidenta del Banco Central, Mercedes Marcó del Pont, fue el de restringir la compra de dólares para ahorro o consumo. Las internas en el Gabinete eran en ese entonces tan fuertes que la medida prosperó durante un tiempo más prolongado que el necesario. “Era una medida correcta pero transitoria. Mercedes la convirtió en eterna”, graficó un ministro en diálogo con PERFIL. Afuera Marcó del Pont y Guillermo Moreno, Capitanich y el ministro de Economía, Axel Kicillof, lograron convencer a CFK de que primero había que devaluar el dólar para achicar la brecha con el paralelo y, luego, flexibilizar el cepo. De todas formas, una cosa es el anuncio y otra la práctica. En los hechos, la AFIP seguirá siendo quien decida cuánto se vende.
Cristina Kirchner cambió su manera de gobernar. Aparece para las buenas noticias, como el miércoles, cuando anunció en la Casa Rosada un plan para subsidiar a los jóvenes que ni estudian ni trabajan. Pero, para la tarea cotidiana, delega el poder en Capitanich, y, sobre todo, en Kicillof. De todos modos, funcionarios, ministros y legisladores consultados por PERFIL intentaron suavizar la ausencia de CFK: “Está detrás de todas las decisiones”, dijeron. El jueves, un día antes del anuncio de flexibilización del cepo cambiario, Kicillof estuvo reunido un largo rato con el nuevo presidente del Banco Central, Juan Carlos Fábrega. Luego, dejó volar el dólar hasta los 8 pesos. Una vez hecho esto, Capitanich y Kicillof anticiparon la posibilidad de comprar dólares desde el lunes. “Hay más armonía en el equipo económico”, dijo un ministro a este diario.
Cristina también cambió la lógica de la comunicación con su equipo económico. Ahora, todos los hombres del titular del Palacio de Hacienda ingresan a la quinta de Olivos o al despacho de la Casa Rosada sin restricciones. Los recibe casi a diario. Se trata, además de Kicillof, de Emanuel Aggis, viceministro de Economía, y de Augusto Costa, secretario de Comercio Interior.