Cristina Fernández de Kirchner y Mauricio Macri volverán a mostrarse juntos: será el lanzamiento de la Autopista Ribereña, una megaobra pendiente hace 30 años, que unirá el norte y el sur de la Ciudad por una vía rápida y subterránea.
La noticia se da en un marco de buena sintonía entre ambos gobiernos, que comenzó con los diálogos que mantuvieron la Presidenta y el jefe comunal.
Por estos días funcionarios de ambos gobiernos mantienen reuniones para finalizar con los detalles de lo que será uno de los últimos anuncios del año. La letra chica del proyecto está en manos de la Corporación Puerto Madero, un organismo mixto que viene trabajando en el tema desde mitad de año, cuando la Presidenta y el líder del PRO acordaron avanzar con la autopista.
La obra, que incluirá un túnel por debajo de las vías del ferrocarril en Puerto Madero, costará al menos mil millones de dólares, y supondrá el armado de una tuneladora específicamente destinada a la construcción. En el gobierno nacional creen que, con adicionales y con los costos por inflación, podría terminar costando dos o tres veces más, a lo largo de los cuatro años que tendrán para realizarla.
La financiación sería compartida entre la Ciudad y la Nación bajo el telón de un fideicomiso que pueda recibir un crédito internacional. Otra fuente de financiamiento provendría de la venta de terrenos –millonarios por su estratégica ubicación– afectados a la traza.
Una de las fechas tentativas que se barajan para la presentación del proyecto sería el 17 de diciembre. Si bien no trascendieron los detalles del plan de obras, el reconocido urbanista Alfredo Garay, promotor del desarrollo de Puerto Madero, fue uno de los que colaboró con el diseño.
La Autopista Ribereña es una vieja promesa incumplida. Dados los inconvenientes de tránsito que persisten hoy en la Ciudad permitiría sacar de circulación a los camiones que van al puerto y permitiría unir la autopista Illia –por el norte– con la Autopista Buenos Aires-La Plata y la 25 de Mayo, por el sur.