La presidenta Cristina Fernández de Kirchner encabezó su último acto el Día de la Industria en Tecnópolis, pidió que los argentinos sigamos por este camino con Daniel Scioli y Carlos Zannini y destacó que los doce años de administración significaron “el crecimiento industrial más importante en la historia argentina”.
Antes de arrancar con una presentación extensa y que comenzó , la presidenta mostró dos tapas del diarios Clarín del año 2001 para contrastar los traumas que vivía el país en esos tiempos. “Pedí una tapa de Clarín del 1 septiembre de 2001: ´No descartan bajar más las jubilaciones, un día como ayer del 2001´”, dijo Cristina.
"Fui a la tapa del 2 de abril, ‘Primeros pasos hacia un gobierno de unidad’, y revelaba que todos los partidos políticos ante la crisis de iban a juntar, estábamos en plena campaña, yo era candidata a senadora en Santa Cruz... y miraba eso y decía que distinto 2 de septiembre que vamos a tener en Tecnópolis", agregó la presidenta.
A su vez, Cristina repasó decenas de filminas que exhibieron en números el crecimiento industrial, del consumo, de la inversión del Estado, de los parques industriales, de las exportaciones, el fortalecimiento de las cadenas de valor y la importancia de las pymes como generadoras de empleo.
Sin embargo, Cristina, en un discurso de neto corte fabril, se permitió un alto para elogiar las virtudes del iPhone, creado por Steve Jobs, como gran generador de demanda. Este dispositivo diseñado en los Estados Unidos es parte de los productos tecnológicos cuyo ingreso al país es limitado por la traba a las importaciones.
“Salvo que inventes algo que genere demanda como Steve Jobs con el iPhone o Ford con el Auto”, intercaló la presidenta los desarrollos de los empresarios estadounidenses en un tramo del discurso.
Apple es uno de los pocos proveedor de celulares que resolvió no fabricarlos o ensamblarlos en el país. Uno de los grandes hitos industriales de la gestión kirchnerista fue la sanción de la ley 26.539, que obligó a los fabricantes de celulares a producir en Tierra del Fuego. En su gran mayoría, las empresas importan los componentes y un socio local se encarga de ensamblarlos para dar la puntada final al dispositivo.
Por otra parte, Cristina dio una fuerte muestra de apoyo a la fórmula presidenicial del Frente para la Victoria al asegurar que están “convencidos de que “necesitamos seguir en este camino, como Daniel Scioli y Carlos Zannini porque en ellos está el ADN de la industria".
"¿Ustedes creen que quienes hayan sido partícipes de este proyecto tirarán todo por la borda? No, al contrario, todos quieren estar en la fotografía de la historia”, señaló la mandataria ante más de 3 mil dirigentes empresariales, sindicales y políticos.
Y sobre el final, Cristina se jactó de que habló horas y “no me referí a ningún otro político, ni me puse a criticar a nadie”. “En diez minutos todas las cosas que dicen los demás, no se le va a caer una idea nunca”, le dedicó con sutileza la mandataria a la oposición.
Cambio cultural. La presidenta sostuvo que el kirchnerismo instaló un cambio cultural que tuvo “como eje fundamental del crecimiento del país” y remarcó que “sin industria no hay país ni futuro”. Luego recordó la publicidad de la silla, un ícono del liberalismo económico en nuestro país, y proyectó que “eso nunca más iba a ocurrir en la Argentina”.
Por otra parte, indicó que el segundo cambio cultural es físico y tiene que ver con el lugar donde se festejó el Día de la Industria. “Tenemos un lugar, ustedes tienen un lugar. No es mío ni del Gobierno, es de sus empresarios, trabajadores, científicos y docentes”, dijo ante cerca de 3.000 dirigentes empresariales.