Cristina Kirchner prepara dos visitas al interior bonaerense para seducir al votante de clase media que en 2015 votó a Cambiemos, pero que hoy está “desilusionado”.
El cambio de estrategia que asumió la ex presidenta cuando lanzó su candidatura en junio prevé trabajar sobre su propia imagen negativa. La apuesta, en el fondo, tiene un ojo puesto en las elecciones presidenciales de 2019. Aunque no lo dirá en público, la decisión de colocar a los diputados Juliana Di Tullio y Héctor Recalde como sus suplentes en el Senado tiene la doble intención de eventualmente pedir licencia para emprender una campaña que la devuelva a la Casa Rosada. Es que ambos dirigentes son de su círculo más cercano y le juran lealtad.
En ese eje de trabajar sobre su imagen negativa, pero más a corto plazo, la ex presidenta prevé desembarcar en Tandil y Bahía Blanca, dos distritos con un buen porcentaje de electores. Las recorridas se harán antes de las elecciones internas, es decir, dentro de las próximas dos semanas. La fecha concreta se mantiene en secreto.
El equipo de asesores de CFK considera que como ella ya tiene un caudal definido de votantes, puede destinar tiempo a llegarle al electorado “adversario”: conquistarlo implicaría revertir en parte el amplio rechazo social que marcan las encuestas, y que hoy le ponen un “techo” a sus aspiraciones.
Tandil y Bahía Blanca están gobernadas por Cambiemos. La fuerza política de Mauricio Macri y el radicalismo pisan fuerte en las dos ciudades. El Presidente estuvo ayer, no por casualidad, en su tierra natal, junto a la gobernadora María Eugenia Vidal. Y disparó duras críticas a la corrupción de los 12 años de kirchnerismo.
“Tu voz es tu voto”, es el eslogan que eligió para esta campaña Unidad Ciudadana, el espacio kirchnerista, para convencer al electorado de que tiene que optar por Cristina Kirchner si es que pretende “castigar” la política económica del oficialismo.
Ayer, la ex presidenta no tuvo actividad. Y no está previsto que durante el fin de semana haga ninguna recorrida. La semana que viene podría ir a Lomas de Zamora y Escobar, aunque eso aún no fue resuelto.
Entre martes y miércoles, CFK estuvo en Moreno y Quilmes. Primero en una industria textil y luego en un comedor infantil, siempre siguiendo la lógica de escuchar testimonios de los “afectados” por la economía del actual gobierno.
En paralelo, la ex presidenta sigue con atención los movimientos del juez federal Claudio Bonadío, que además de investigarla en la causa Los Sauces, estaría evaluando pedir el desalojo del departamento que ocupa su hija Florencia Kirchner.
El jueves, Cristina se preocupó por hacer llegar a los medios, a través de intermediarios, la versión de que su hija debe las expensas porque tiene embargados sus ingresos por el propio juez Bonadío.
Mientras tanto, en el entorno de la ex presidenta respiraron aliviados cuando supieron que Cambiemos no tenía los votos para expulsar al ex ministro de Planificación, Julio de Vido, de la Cámara de Diputados. No solo porque era un golpe en plena campaña, sino porque los desviaba de su eje discursivo.