Desde que es presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner nunca mencionó la palabra "corrupción" en un discurso oficial. Jamás. La jefa de Estado ni siquiera la usó para criticar la corrupción de la década del 90, algo que hacía frecuentemente cuando ocupaba una banca en el Congreso, ya sea como diputada o senadora. Tampoco habló de "corruptos" ni apeló a la "anticorrupción", una política que en su gestión ha dejado mucho que desear según algunos diputados opositores.
Tema tabú, palabra prohibida: ¿por qué la Presidenta jamás usó esa palabra?. En el registro de discursos de la Presidencia figura la última vez que la palabra "corrupción" fue utilizada en un discurso oficial. Fue el jueves 9 de agosto de 2007, en la localidad bonaerense de Moreno, cuando al entregar 622 viviendas el entonces presidente Néstor Kirchner defendió su gestión: "Por primera vez en esta Argentina se combate la corrupción", afirmó a diferencia de su esposa y sucesora en el mando, que nunca la pronunció.
En sus últimos discursos, las palabras más usadas por la Presidenta fueron "igualdad", "argentinos", "Argentina", "Malvinas", "país", y "todas". El "Bicentenario" es otro de los término que desde hace algunos meses viene replicándose en los discursos presidenciales. Las palabras utilizadas por CFK no son un mero dato de color. Ya en 2008, durante el conflicto con el campo, una palabra se repetía más que ninguna: "pasado". A través de ella, la mandataria ancló sentidos. El pasado, que remitía al Proceso, al golpismo y a la dictadura, eran los ruralistas.
¿Existe alguna explicación para entender por qué la Presidenta omite sistemáticamente la palabra corrupción? Psicólogos consultados por Perfil.com coinciden en que la palabra podría sobrellevar algún sentido de angustia: por eso el inconsciente la reprime. "Es un mecanismo de negación, siempre desde el punto de vista del inconsciente", explicaron a este portal (ver Los psicólogos...).
(*) De la redacción de Perfil.com