El Gobierno redujo el cacerolazo a sectores minoritarios que siempre se opusieron a las "políticas de inclusión".
El portavoz que interpretó así la movilización que hubo en Capital Federal y en otras ciudades grandes fue el jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina. Pero lo que dijo es lo que se piensa en el círculo íntimo de la Presidenta, Cristina Fernández de Kirchner.
En la Casa Rosada tienen la creencia de que ninguno de los que salió a golpear la cacerola votó a Cristina y suponen que nunca lo harán.
Es una porción del electorado que dan por perdida. Sólo los outsiders del kirchnerismo reconocen que es necesario tomar nota de la protesta y reaccionar en consecuencia, porque ya no se trata de los primeros cacerolazos, que eran aislados.