La presidenta Cristina Fernández justificó este lunes la derrota del oficialismo en la provincia de Buenos Aires, resaltó, insólitamente, que el Frente para la Victoria cosechó más votos en todo el país y admitió que la nueva conformación del Congreso "va a exigir ejercicios de consenso y negociar para lograr gobernabilidad". Asimismo, descartó nuevos cambios en el gabinete, tampoco creyó necesario que el oficialismo deba realizar autocríticas y volvió a cuestionar al vicepresidente Julio Cobos.
En otro orden, evitó explayarse sobre el futuro del gobierno y prefirió pasar a la oposición la responsabilidad de ayudar al afirmar su confianza en "lo que han dicho sobre que van a aportar todos a la gobernabilidad", dijo. Durante una conferencia de prensa que ofreció en la Casa de Gobierno, la segunda de su gestión y a menos de 24 horas del comicio, la jefa del Estado tomó el mandato de Néstor Kirchner como un primer período de la actual gestión para justificar el revés en las urnas.
"En ninguna parte del mundo transcurren seis años de gestión sin desgaste ni problemas", dijo, y para reforzar la idea recordó las derrotas de Raúl Alfonsín en 1987 y de Carlos Menem en 1997. Sin embargo, aclaró de inmediato que esa opinión "no minimiza ni intenta ignorar las razones" del revés en la provincia de Buenos Aires, que "fue una derrota por dos puntos" y "por lo tanto debe ser reconocida como tal".
Sin embargo, de inmediato la Presidenta comparó la caída en ese distrito con la pérdida de votos de PRO en la Capital Federal donde, dijo, "no se visualiza la terrible diferencia de haber pasado del 60 por ciento de los votos exactamente a la mitad", en referencia al porcentaje que logró Mauricio Macri en la segunda vuelta electoral y el alcanzado ayer por la macrista Gabriela Michetti.
La presidenta inició la conferencia con un extenso informe que incluyó las cifras generales de todo el país. En este sentido explicó que si el oficialismo obtuvo el 29,56 por ciento de los votos que, con el aporte de "aliados" -a los que no identificó-, llega al 31,03 por ciento. En tanto, el Acuerdo Cívico y Social alcanzó, señaló, el 29 por ciento, el PRO el 18,5, el PJ disidente el 6,29 por ciento. Agregó que para el oficialismo, su bloque en el Senado pasó de 43 miembros (37 propios y 6 aliados) a 39 (35 propios y 4 aliados) y en Diputados se pasó de 137 (115 propios y 22 aliados) a 134 (107 propios y 27 aliados).
Luego de esa larga seguidilla de datos, la Presidenta intentó demostrar que el gobierno no sólo se ganó la elección según la cantidad de votos, sino que se retiene las mayorías parlamentarias, ayudados por "aliados".
Pese a esta explicación, Cristina Fernández admitió que la conformación del Congreso a partir del 10 de diciembre "va a exigir por parte de todos, oficialistas y opositores, ejercicios de consenso y acuerdo para lograr gobernabilidad" porque "cuando uno no tiene mayoría construir consensos también depende de las otras partes y como en toda Parlamento se deberá negociar, como se hizo en casi todos los casos", destacó.
Agregó que "en ninguna parte del mundo transcurren seis años de gestión sin desgaste ni problemas", agregó. Además aludió a la "voluntad de la gente", frente a la cual nadie "puede enojarse ni desconocerla". A la hora de leer los datos a nivel nacional, la jefa del Estado consideró que las cifras "arrojan una suerte de tripartidismo", al tiempo que destacó la performance de Fernando Pino Solanas en la Capital Federal cuando "hace un tiempo parecía haberse acentuado un marcado paso hacia la derecha", en alusión a Macri en la ciudad autónoma.
Tal como lo hizo su esposo anoche al reconocer la derrota, la presidenta destacó que las elecciones "se dieron en un marco de transparencia absoluta" pese a algunos presagios acerca de "problemas de mesas, de transparencia, de posibilidades de fraude".
En el análisis electoral, la primer mandataria evaluó que el revés kirchnerista en Santa Cruz se debió a ""problemas de gestión, del partido y ausencia nuestra en el territorio", pero resaltó que "en El Calafate ganamos por el 60 por ciento". Consultada sobre una eventual devaluación, la presidenta recordó que "la moneda que menor devaluación tuvo en toda la región latinoamericana fue la argentina", en tanto respondió también en forma negativa una pregunta sobre otros cambios de Gabinete, además del cambio en Salud.
"No creo que por el resultado de las elecciones deba hacer algún cambio de gabinete", dijo, para agregar que no creía que "ni actitud ni política de ministro" alguno "haya sido causante de que hayamos perdido en la provincia de Buenos Aires".
En otra parte de la conferencia, la presidenta volvió a cuestionar a su vicepresidente Cobos al afirmar que ""no hay antecedentes en el mundo de un funcionario en ese cargo que tenga listas opositoras" al gobierno del que forma parte. Sobre cómo continuará la relación con Cobos tras su triunfo en Mendoza, la mandataria fue parca: "Como fue a partir del día en que tomó la decisión (de votar en contra de la resolución 125). Yo no voy a hacer ningún juicio de valor".
Fuente: DYN
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