A una semana del encuentro de Cristina Fernández de Kirchner con los gobernadores oficialistas y aliados, en el Gobierno admiten puertas adentro que la reunión fue una maniobra para diluir la discusión del impuesto al cheque y para patear hacia adelante los reclamos por la nueva Ley de Coparticipación. La certeza es que no habrá más fondos para las provincias ni en el corto ni en el mediano plazo. Tampoco está en los planes, como anunció la Presidenta, eliminar el tributo. “La oposición embiste para desfinanciar a la Nación, y la Nación va a aguantar. Si ellos chicanean, nosotros también”, resumieron cerca de un ministro K.
Los gobernadores fueron al encuentro con propuestas para compensar los agujeros financieros que padecen. Las alternativas iban desde la quita de deuda hasta la creación de un Fondo de Equidad Social de 5 mil millones de pesos: ninguna será analizada seriamente “porque el presupuesto 2010 ya fue votado y no habrá modificaciones”, aseveran en la Rosada. Lo reconocen también los gobernadores que concurrieron al encuentro. Admiten, en líneas generales, que no se llevaron nada. “Más dinero no nos van a dar. Pero tampoco van a dejar que ninguna provincia se prenda fuego”, contó un aliado que estuvo sentado en una de las mesas en el Salón de Convenciones de Olivos. La preocupación cala hondo en los mandatarios que aceptan que nunca recibieron tanto dinero como en la era kirchnerista, pero advierten que tienen baches fiscales que pueden generar un descalabro económico.
El único que se animó a decirlo en público es el salteño Juan Manuel Urtubey. Durante la apertura de sesiones en la Legislatura provincial, admitió: “El escaso aumento de los recursos coparticipables y un índice de precios que colocó a la inflación como tema preocupante para los argentinos puso a las provincias en una situación delicada”.
