Cristina recibió a Moyano y a la cúpula cegetista

Por primera vez en su gestión, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner se reunió esta tarde con la mesa directiva de la Confederación General del Trabajo (CGT) en la Sala de Situación de Casa de Gobierno. La Presidenta estuvo acompañada por el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, y el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, en tanto el grupo de dirigentes sindicales estuvo encabezado por el titular de la CGT, el camionero Hugo Moyano.

Aunque todos insistieron en tildar la reunión de meramente protocolar, lo cierto es que Cristina pidió a Moyano que los gremios muestren "mesura" en las demandas salariales, para que no haya reclamos "desmedidos" que alimenten la ya candente llama inflacionaria. La "receta Moreno" que el Gobierno aplica en todos los ámbitos trata, en consecuencia, se extenderse a la órbita de paritarias.

Por supuesto, nadie oficializará tales cuestiones, pero habrá que ver en qué medida puede el propio Moyano mantener a raya los pedidos, cuando su sindicato parte en mucho mejores condiciones que los demás a la hora de las negociaciones con los empresarios. Los especialistas creen que los camioneros recibirán un 20 por ciento de aumento, pero esa suba representa para el bolsillo del trabajador promedio del sector unos 1.000 pesos, suma mucho mayor al 20% que podría pactar, por ejemplo, alguien de la construcción (otro gremio cuyo titular, Gerardo Martínez) se ha definido como kirchnerista.

Entre los dirigentes que participaron de la reunión en Casa de Gobierno, además de Moyano, estuvieron hoy el titular de la UOCRA, Gerardo Martínez; de UATRE y 62 Organizaciones Peronistas, Gerónimo Venegas; de Obras Sanitarias, José Luis Lingieri; de los taxistas, Omar Viviani; de Judiciales, Julio PIumato; de SMATA, José Rodríguez; de Panaderos, Abel Frutos y de Municipales porteños, Amadeo Genta, en estos días manteniendo una dura pulseada con otro enemigo K, Mauricio Macri, en la ciudad.

Luego del encuentro, que no llegó a durar una hora, el secretario adjunto de la CGT, José Luis Lingieri, el taxista Omar Viviani,  y el judicial Julio Piumato ofrecieron una breve conferencia de prensa. "El compañero Moyano tenía un compromiso y por eso nos dejó encargados de brindar este informe", dijo, molesto, Lingieri, al ver que los periodistas estaban más interesados en la ausencia del camionero en ese ámbito que en lo que se había dicho en la reunión con Cristina.

"Pedimos aumento a los jubilados, la vigencia de las paritarias y un aumento del salario mínimo vital y móvil", dijo Lingieri señalando que la reunión con la presidenta fue "cordial, amplia y de temario abierto". Agregó que en el encuentro se le plantearon políticas de "importaciones, exportaciones y de igualdad de género, para no contar sólo con modelo agrícolo ganadero, sino también industrial".

Los gremialistas solicitaron, entre otras generalidades, incrementos en las asignaciones familiares, como avanzar en la lucha contra el trabajo en negro y que se refuerze la política del control de precios para contener la inflación.

Yendo al grano, Lingeri explicó que "no se habló de ningún monto de piso ni techo de aumento salarial" y aclaró que la discusión por los incrementos "se dará en el marco de las paritarias en cada sector de actividad". Sin embargo , se preocupó por destacar las frases que desde el Gobierno querían escuchar: "estamos de acuerdo con el pacto social, no queremos una puja salarial que lleve a una espiral de aumentos de precios".

"Hay que llegar a un gran acuerdo nacional" dijo Lingieri, usando una frase que trae tristes asociaciones a otras épocas. Reclamó a los empresarios, sí, que "sinceren sus ganancias cuando vayan a paritarias", pero insistió en que "desde la CGT seremos prudentes".

Hasta tuvo que explicar el tema del Indec y el supermercado, luego que Moyano días pasados dijera que no cree en las estadísticas oficiales.

"En rigor, lo que vale, más allá del Indec, es que los precios todos los pagamos en el supermercado", trató de salir del paso el hombre de la otrora Obras Sanitarias. Y los "embajadores" moyanistas ante la prensa abandonaron raudamente del lugar.