Mauricio Macri también tiene en este momento, según la encuesta de Aresco, una imagen negativa superior a la positiva. Pero está arriba del 40% y supera así a cualquier otro opositor.
Cristina Kirchner sigue siendo factor. Mantiene su 30%, que es un techo y un piso a la vez, pero suficiente para posicionarse como una opción de peso y condicionar así todo el rearmado peronista. Los gobernadores, sobre todo, están queriendo rearmar el PJ pero lejos de la figura de Cristina, saben que tiene apoyos, pero su imagen negativa sigue siendo un ancla. Pero tienen un problema, ninguno de ellos logra crecer en las consideraciones públicas. Ni el mediático salteño Juan Manuel Urtubey, ni el ascendente Sergio Uñac, de San Juan. Tampoco Miguel Pichetto, referente político clave en el Senado. Sergio Massa, por su parte, está golpeado luego de su retroceso electoral. Pero está instalado y sigue siendo una tercera (aunque ya no ancha) opción.
El otro problema para el peronismo es que donde peor le sigue yendo a Macri es en el Conurbano, que es, justamente, donde mejor le va a Cristina. Al Gobierno le sigue pasando que tiene una mala imagen entre las clases bajas.
Y la grieta sigue tallando fuerte. Mientras el 80% que votó a Cambiemos tiene una imagen positiva de Macri, el 80% que no lo votó tiene una imagen negativa. Son percepciones inalterables.