El viernes la junta electoral de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) anunció el final del conteo de los votos en medio de acusaciones cruzadas por fraude entre el candidato sindicalista K, Hugo Yasky, y el alfil de Victor de Gennaro , Pablo Micheli. El resultado final: 131.426 sufragios del opositor contra 113.187 del todavía titular de esta central obrera. Hubo 18.000 votos de diferencia.
Sin embargo, el hombre que organizó las elecciones y moldeó la Junta Electoral ahora dice que esas cifras están "dibujadas", que hubo una " simulación de escrutinio" y se niega a reconocer la derrota. Ante esa situación, Micheli amenaza con convocar a un paro nacional si Yasky no lo reconoce como nuevo mandamás de la segunda central de trabajadores a nivel nacional.
Yasky dijo "lo único que la Junta Electoral ha hecho es demorar 8 días, en un recuento a cuentagotas, para dibujar números" y desconfía del escrutinio porque "es
El dirigente sindical cercano al kirchnerismo apuntó en declaraciones radiales que "esto me lleva a afirmar que el verdadero resultado del comicio recién se conocerá una vez que el Tribunal
Hay dos provincias que rompen, para uno y otro bando, la igualdad en casi todo el país. En Santa Fe, Yasky venció por 22 mil a 4 mil votos. Mientras que en Jujuy, el territorio de la dirigente K Milagro Sala, Micheli se impuso por 22 mil sufragios contra 9 mil.
El apoderado de la lista 10, Gustavo Rollandi, había presentado al tribunal una denuncia por "adulteración de padrones, modificación de autoridades, vandalismo sobre las urnas y la utilización de urnas gemelas, además de los hechos de violencia padecidos por fiscales y delegados electorales". Lo que llama la atención es que este reclamo lo realiza el oficialismo. Por ahora, el escándalo electoral en la CTA sigue.