Siempre se sospechó que Lázaro Báez corre con ventaja. Es un hombre que en poco tiempo pasó de ser empleado bancario a convertirse en empresario millonario. Que mantiene una antigua amistad con Néstor Kirchner. Y que hizo todo su dinero con contratos del Estado, que recibió tanto de la provincia de Santa Cruz como del Gobierno nacional.
Pero este misterioso empresario suele defenderse –a través de sus allegados– de todas las acusaciones. Su argumento siempre es el mismo: que consigue los negocios a través de licitaciones públicas, un sistema transparente donde hay que competir con distintas empresas.
Ahora, estas páginas revelan una historia que no sólo pone en duda ese argumento, sino que además podría provocar un verdadero escándalo. PERFIL descubrió que dos compañías vinculadas al empresario kirchnerista se presentaron a una misma licitación, en por lo menos seis oportunidades. Fueron licitaciones para construir obra pública y suman un total de 29 millones de pesos. ¿El resultado? Todas las compulsas fueron ganadas por alguna de las dos empresas (ver cuadro).
Una de las compañías es Austral Construcciones, una pieza importante del holding del amigo presidencial. La otra se llama Gotti Sociedad Anónima, una constructora que tiene fuertes vínculos con el hombre kirchnerista. Aquí no figura como dueño, ni tampoco aparece ligado de manera formal. Pero detrás de esa firma se esconde un camino que conduce hasta él.
Esas vinculaciones incluyen a una financiera que cobra el dinero de las licitaciones, que tiene como domicilio la misma dirección donde están las oficinas de Báez y que además cuenta con uno de sus socios en su directorio. Y las conexiones no se terminan ahí, porque el zar de la construcción tiene como apoderado legal al mismo abogado que representa a Gotti SA.
Como si esto fuera poco, existen nexos sorprendentes entre las dos empresas que “compitieron” en las licitaciones: traspaso de directivos, contratos para que una sociedad realice las obras de la otra, acuerdos donde se ceden cobros.
Estos procesos licitatorios se llevaron a cabo en Santa Cruz, el territorio político del matrimonio Kirchner. Y la mayoría de los concursos se realizó durante 2007, el último año de elecciones.
Mientras expertos en derecho advierten sobre una posible “simulación de licitaciones”, este diario se comunicó de manera insistente con las dos constructoras patagónicas y ambas se negaron a brindar respuestas.
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