POLITICA

Cuando el cuidado de la imagen enferma

Cada vez más personas se ven “feas” y recurren a la cirugía para mejorar. Cómo enfrentar el problema.

La dismorfia hace que una persona se vea fea aunque su aspecto sea normal.
| Cedoc.

Según la Sociedad Española de Cirugía Plástica Reparadora y Estética (SECPRE), en Europa y América está aumentando el número de quienes padecen dismorfia corporal. Este trastorno provoca que una persona se vea muy fea aunque su aspecto sea normal. Esta seudo percepción hace que aumente el número de pacientes que se operan varias veces, provocando que la cirugía estética se convierta en un artículo de consumo.

La prevalencia de esta enfermedad es bastante confusa debido a su ocultamiento. Sin embargo, se cree que incide alrededor del 1,5 por ciento (en la Argentina no hay cifras al respecto pero los números serían similares a los de Europa y EE.UU.) aunque muchos autores estiman que alrededor de un 2 por ciento de los pacientes que demandan un tratamiento quirúrgico presentan dismorfia corporal.
“Las partes del cuerpo que más comúnmente se convierten en objeto de obsesión de los dismórficos son: piel, pelo, nariz, ojos, mentón, labios o cualquier otra parte de la anatomía, entre las que se incluyen las rodillas, piernas, pecho o genitales. Muchos de ellos pasan por el quirófano, pero la dismorfia es un problema mental, no físico, por lo que todos los que escogen el bisturí como terapia no están, ni estarán, satisfechos con los resultados”, explica Gustavo Bustamante, doctor en Psicología.

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